El misterio no siempre enamora. Que algo sea enigmático, planteé preguntas e interrogantes no necesariamente implica que esos disparadores sean interesantes o intrigantes. Eso fue un poco lo que me pasó con el primer capítulo de The Leftovers, el cual genera más preguntas que certezas desde la sinopsis de la serie.
Mañana se estrena el segundo capítulo de esta nueva serie a las 23 hs de Argentina, por HBO. Por eso vamos a hacer un pequeño repaso de lo que pudimos ver hasta aquí, que por ahora no fue de lo más brillante. Sin embargo, no podemos juzgar un libro por la tapa, el primer capítulo solamente nos pone a la espera de lo que vendrá y no podemos terminar de sacar conclusiones de todo lo que será la serie. Y también las distopías son una debilidad personal que tengo, por lo tanto, no puedo dejar de pasar de lado lo que sigue.
¿Por qué tantas dudas de lo sucedido? Bueno, hablemos un poco de lo que pudimos ver el domingo. Si lo quieren ver, ya saben que podrán haber SPOILERS de aquí en adelante.
El último que apague la luz
Los primeros planos del capítulo nos advierten del día en el cual ocurrió el hecho fundacional de la serie, de un momento para el otro, 140 millones de personas (un 2% de la población mundial) han desaparecido del planeta sin ningún motivo o explicación posible. Del 14 de octubre (sin año), la trama nos lleva directamente a los hechos que acontecen 3 años después, con la discusión latente todavía y un aniversario que demuestra que la sociedad sufrió cambios en su pacto general. La serie se centra en Mapleton, un pueblo de los EE.UU. con la vida de Kevin Garvey (Justin Theroux) como protagonista. Algunos perdieron a toda su familia, otros no perdieron a nadie, pero la herida les quedo marcada a todos, el ejemplo de la familia de Kevin es uno de estos últimos, la única que se mantiene con él es su atormentada hija Jill, mientrás que su hijo Tom está lejos, realizando trabajos para un personaje misterioso llamado Wayne, y por otro lado, Laurie, la esposa de Kevin, se unió a una secta llamada the “Guilty Remnant” que sabemos que toman un voto de silencio en forma de protesta y que fuman mucho (no por placer).
En ese sentido la serie plantea un interrogante interesante o una postura para analizar, se trata de especular con la actuación de los seres humanos respecto a un hecho tan fuerte como una desaparición sin sentido aparente. El sentido de la vida o la dicotomía obvia entre la religión y la ciencia es algo que se palpa, se pone en conflicto, pero también la proliferación de sectas novedosas es algo por lo menos llama la atención y nos obliga a poner el ojo para especular con su accionar. Sin embargo, en este primer capítulo no ha sido para nada atractivo lo que nos han dicho sobre esta secta, una suerte de testigos de jehova silenciosos y que parecen amenazar la normalidad del resto con mensajes públicos de una desesperanza un poco ingenua. Pero repetimos, no podemos reducir toda una filosofía al primer capítulo, y si han elegido un libro para adaptarlo, algo llamativo debe tener.
La musicalización fue algo para destacar realmente, y a nivel técnico y visual, The Leftovers no falla, el argumento parece interesante, pero más allá de nuestros cuestionamientos anteriores, también es en la forma de presentar el misterio lo que no colma las expectativas. Más allá del paralelismo obvio que se puede hacer con Lost, la primera serie de Lindelof cumple en la subita tragedia y luego presenta las intrincadas personalidades y conflictos de intereses; en The Leftovers lo central pasa por el conflicto humano que no se comprende aún del todo, y por lo tanto caemos a un mundo ya armado hace rato. Es como entrar a Lost desde la segunda temporada sin entender cómo y por qué llegaron a la escotilla.
Seguramente irán develando los problemas de Jill, los motivos que llevaron a que Laurie entre a la secta, la filosofía que envuelve a the “Guilty Remnant”, y cómo fue que hasta los perros volvieron al salvajismo, por eso es necesaria una segunda oportunidad y no quedarnos con los prejuicios que pueda haber sobre HBO, el libro o el mismo Lindelof. Los conflictos mencionados tienen potencial para convertirse en una serie muy buena, pero también pueden hacerse añicos muy facilmente.
Se trata de una serie que no es para cualquiera, sin que esto implique un elogio. Por eso insistimos con que plantear preguntas no hace que éstas sean inteligentes o atractivas, True Detective en ese sentido fue amor a primera vista, presentó el misterio de forma concreta (con pocas pistas también), armó a los personajes, los dramas humanos y al conflicto de forma tal que se intuía o daba lugar para engancharse desde el principio. En cambio, esta nueva serie tampoco ha logrado que los personajes dieran un golpe de efecto tan fuerte, quizás exceptuamos a Wayne al relatar ese sueño loco, pero no fue suficiente. Sin embargo, debemos saber que no todo funciona de la misma manera. Echenle un vistazo, esperemos cómo evoluciona y saquen sus propias conclusiones.
Por Germán Morales