Tardamos pero llegó.
La semana pasada se estrenó la nueva temporada de South Park, la promesa era una parodia de la situación y del espionaje del NSA contra los internautas, escandalo que desató Edward Snowden. Mencionamos también que a veces estamos de acuerdo y otras no tanto con la serie del dueto Parker&Stone, bueno, este es el caso que discrepamos con ellos. Sin embargo, nos encontramos con un capítulo que nos hizo reir bastante, las apariciones con Cartman y Butters como protagonistas son de los puntos más altos de la serie siempre.
También fue el estreno de una nueva animación en la apertura, un poco de vuelta a las raíces y otro poco de modernidad. La verdad me gustó a medias. Siempre me gustaron más las aperturas más estrambóticas con el repaso de los capítulos anteriores.
El capítulo trata de parodiar dos especímenes molestos, los que hablan con el celular todo el tiempo en altavoz y los testigos de Jehova (?). Cartman se encuentra indignado con la noticia del espionaje de parte del gobierno de los Estados Unidos, y como siempre, acusa a Kyle de ser un infiltrado del NSA en el colegio, mientras anuncia a los cuatro vientos sus planes para infiltrar el organismo y mostrarle al pueblo como trabaja. Por otro lado, Butters escucha que el gobierno está en todos lados, y por lo tanto le empieza a rezar y a comentar todas las cosas malas que hizo, y empieza una pequeña religión con el gobierno como dios.
El clásico recurso de burlarse de los famosos siempre funciona
Muy simple, pero efectivo. A mi me hizo reir, sobre todo la parte del Shitter con Alec Baldwin, haciendo un anticipo de lo que se vendrá en las comunicaciones.
Hasta ahí bien. El tema son los argumentos del capítulo (¿para defender?) el espionaje del NSA. Un argumento simplista, le valió muchas críticas, que hace hincapié en que la información que encuentra en los mails e Internet, ya está publicada por nosotros mismos y además, el argumento para proteger al pueblo norteamericano – que ya hincha un poco a los no-norteamericanos. Más allá que la invasión de cualquier gobierno sobre la vida individual no debe ser naturalizada de esa forma, el problema va más allá de eso. Cuando vemos noticias de miembros del FBI que espían a sus parejas, o la utilización de esas herramientas para espiar a otros países como sucedió con Brasil, ahí se ven los principales problemas.
El problema quizás estuvo en el tipo de información que mostraban “interesante” para esos agentes. Sabemos que es una mentira eso, hacerlo inocente como se hace en el capítulo no tiene sentido.
La parte de Butters también me pareció interesante, complejizando un poco sobre la cuestión del dios moderno, Internet. El gobierno espía a través de lo que los usuarios hacen, Internet como soporte contiene esa información, no la juzga, ni establece una pena, solamente la distribuye. El gobierno sería aquí el que juzga la acción de los hombres y el que es alabado por los “devotos” de Butters, para que los perdonen. Para despreciar a los testigos de Jehova, los utilizan como medio y no como objeto de parodia.
Particularmente, el episodio me pareció gracioso, sus chistes son efectivos. Lo que se oculta detrás es el problema. Hay otros con lo que me sucede lo contrario, quizás estoy de acuerdo con la temática y su postura, pero no es lo suficientemente gracioso para que apruebe.
