Dirección: Roberto Doveris Sección: Competencia Latinoamericana – Fuera de Competencia
La propuesta de Las plantas combina varios universos problemáticos, abordados con una elegancia muy digna. La ópera prima de Roberto Deveris no hace hincapié en lo que podría derivar en el sufrimiento sino en la experimentación y la turbulenta mente de Florencia (Violeta Castillo), una adolescente de 17 años que lleva la tarea de cuidar a su hermano Sebastián, que se encuentra en estado vegetativo, mientras su madre está internada en el hospital y su padre está alejado afectivamente de su vida.
Florencia recorre la tamaña responsabilidad de ser el sostén físico de la familia, mientras sigue con su vida de adolescente de Cosplay, exploración sexual, chats de levante y noches de porro y mates con amigos. En muchas de esas actividades, incluso las menos esperadas, está incluido su hermano como un protagonista más, con una idea circulando, Sebastián puede sentir y oír todo lo que sucede.
La joven descubre un comic llamado “Las Plantas” que se trata de la invasión de espíritus vegetales durante la luna llena. Esta idea es central para ver la relación entre los hermanos y en los hechos que se suceden.
El film se toma su tiempo para desarrollar las acciones y para mostrar el mundo y sentir de Florencia, en un tono tranquilo y con esa marca del cine de festivales, cocina a fuego lento para desembocar en un final tenso que como subtexto justifica la inclusión del comic. La historia atrapa y pone un poco el manto sobre esa etapa de la vida en se permiten libertades como las que expone la protagonista. Menos literal que el comic, el film juega con la idea acerca de las energías que van más allá de las acciones físicas. También nos expone esos miedos y los atrevimiento que son parte de esa etapa también pueden jugar una mala pasada. La protagonista provoca algunos juegos sexuales con la inocencia de mantener todo controlado, pero nada está bajo control en esta edad.
En rasgos generales técnicos y actorales, el film cumple. Algún cuestionamiento pasa por la vida de la protagonista que más allá de su madre, no se relaciona con ninguna otra persona de su mismo sexo. No es necesario para el relato, pero un poco de ruido hace.
Por Germán Morales
