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BAFICI 2016: Reseñas de Alice in Earnestland, Crespo (La continuidad de la memoria) y Creative Control

Germán Morales
Escrito por Germán Morales

Alice in Earnestland – 2015 – Dir. Ahn Gooc-jin – Sección: Competencia / Competencia Vanguardia y Género

Alice in Earnestland arranca prometiendo una buena historia. Su protagonista Su-nam (Lee Jung-hyun) toma de rehén a una psicoterapista sobre el final del día de atención. La ata contra la silla y la hace comer un bocado de comida, para luego contarle todos los problemas de su vida. A partir de ahí vemos el relato de una chica, destacada estudiante y perjudicada por la llegada de la tecnología, empezar una serie de dramas contados en un tono de humor negro. En la fábrica donde trabaja se enamora de Gyu-jung (Lee Hae-young) que, por consecuencia de la sordera que desarrolla, pierde los dedos. Esto genera un bajón depresivo profundo en su novio y nuestra protagonista tiene que hacer varios trabajos para poder comprar la casa que siempre deseó. Eso lleva al novio del protagonista a intentar suicidarse por sentir su inutilidad, pero la protagonista evita su intento dejando a su pareja en estado vegetativo.

Así empieza la acción. Porque la casa que compró entra en una zona de remodelación urbana que aumenta el valor de la propiedad, y algunos habitantes están muy molestos porque no fueron incluidos. Esa rivalidad genera compromiso de parte de la protagonista y empiezan los problemas. De la película se puede decir que empieza bien arriba, pero se toma demasiado tiempo para contar la problemática del matrimonio, y aún así no logra llegar bien al espectador, por falencias de las actuaciones de los protagonistas, sobre todo el novio. El film tiene buenos momentos, sorpresivos giros dramáticos y de comedia negra, visualmente es atractivo y su dirección que ayuda a que el espectador sienta que vio algo que valió la pena en el cine, sin embargo, el guión está descompensado y, sin bien no le pedimos lógica a un film que no busca tenerla, le falta credibilidad en la resolución de ciertos conflictos.

Crespo (La continuidad de la memoria) (2016) – Dir. Eduardo Crespo – Sección: Competencia Argentina

En Crespo se puede ver una retrospectiva muy personal. Tan personal que logra hacernos llegar a su universo, porque encuentra tantos paralelismos, coincidencias y detalles que además de ser una película personal, parece un ensayo sobre la propia vida del director, su pueblo natal y su padre, con el cual comparten la misma palabra en sus nombres, Crespo.

El padre se llama Eduardo Crespo, una persona influyente en el pueblo de Crespo, que se nació en Buenos Aires y se mudó allí. El director, también se llama Eduardo Crespo, hizo el camino inverso: nació en Crespo y se mudó a Buenos Aires, al barrio de… Villa Crespo.

El film narrado por el director, hace alusión a sus intenciones iniciales y las particularidades que sufrió la producción antes de nacer, ya que la idea era que su padre esté filmado y entrevistado, pero un hacker le anuló/robó gran parte de su material y también que su vida estuvo en riesgo, luego de ser salvado por un amigo.

Más allá de ese juego, el film no ahonda en la relación particular entre padre e hijo, sino que da un enfoque diferente con detalles de la vida del padre, del hijo, del pueblo. Su narración no es ni lineal, ni circular, sino más bien dispersa, los acontecimientos van y vienen en los distintos aspectos que se relacionan y eso dispara otros puntos, como su participación en boy scouts, la avicultura como negocio o el rugby, por ejemplo, pero siempre vuelve a cualquiera de los tres ejes principales (pueblo, padre e hijo). La emotividad gana sobre el final, pero el elemento más atractivo está en ese armado y ese ordenado desorden.

Creative Control – Dir. Benjamin Dickinson – Sección: Competencia / Competencia Oficial Internacional

Un film delicioso para tecnófilos y tecnófobos, por experimentar que va a hacer el futuro con nuestras relaciones humanas de realidad aumentada. El film empieza con una frase que dice mucho de lo que vendrá: “Todo se hace tan perfecto y tan virtual que no parece real”. Está entre Her (2013) y Weird Science (1985), y la referencia con ExMachina es inevitable también. El film en blanco y negro de Benjamin Dickinson nos cuenta la historia de David (Benjamin Dickinson), un empleado en una agencia de publicidad super-cool al que le encargan la cuenta de Augmenta, unos anteojos de realidad aumentada -una especie de Google Glass evolucionados- que le cambian la percepción de su realidad.

Su vida, hasta ahí, iba en ascenso porque se empieza a enamorar de Sophie (Alexia Rasmussen), la novia de su mejor amigo Wim (Dan Gill), gracias, en parte, a estos anteojos que le permiten crear su avatar y “tener sexo” con esa figura virtual. Ahí empiezan los problemas con Juliette (Nora Zehetner), instructora de Yoga con una mirada del mundo diferente a la de su novio David, que concentra todos los problemas urbanos adicto a las drogas, alcohol, los fármacos, y ahora a la realidad aumentada (del futuro).

En su oscuridad narrativa, la película no ofrece nada distinto, pero visualmente el blanco y negro se suman a la música melancólica y triste, le dan un clima especial. También suman algunos personajes como el músico Reggie Watts, que hace de un gurú artístico; o Gavin McInnes, el dueño de Vice que hace de jefe del protagonista. El film parece dejar un mensaje a favor de la vida natural fuera de la tecnología y la ciudad que nos aliena, pero el ambiguo final abre la puerta para tropezar nuevamente con la misma piedra.

Es muy analizable por su reflexión de nuestros tiempos modernos, pero no agrega nada nuevo.

Por Germán Morales

 

Acerca del autor

Germán Morales

Germán Morales

Lic. en Comunicación Social (UBA). Creador y redactor de Proyector Fantasma. Responsable de la sección SERIES.