La primera familia de Marvel. Exploradores y aventureros.
Enfrentaron a El Hombre Topo, líder de los habitantes subterráneos conocidos como los “Topoides”, a Namor, rey de la sociedad submarina llamada “Atlantis”, a Pantera Negra, rey de Wakanda, país africano de tecnologica hipervanzada. A la familia real de descendencia alienigena habitante de un lugar inhóspito de la antártida: Los Inhumanos. Viajaron en el tiempo y el espacio. Conocieron ese otro plano de la realidad llamado “La Zona Negativa”. Lidiaron con Galactus, una gigante entidad cósmica devoradora de mundos. Conocieron a su heraldo, el fulguroso Silver Surfer. Enfrentaron la amenaza de los alienígenas cambiaformas: los Skrulls. Encontraron en el dictador de un país de Europa del Este llamado Latveria a su archienemigo: un egocentrico genio científico y hechicero llamado Dr. Doom. ¿Y cuales de estos conceptos básicos -creados en apenas sus primeros años de existencia en los comics- de Los 4 Fantasticos hemos visto a lo largo de décadas, en la pantalla del cine? Bueno, poco y nada.
Viajemos juntos, barrenando en el tiempo y espacio del celuloide para ver como fueron: las adaptaciones de los Fantastic Four. Parte 2: cine. Pueden leer la parte 1, sobre adaptaciones en televisión, aquí.
1994: Desafiando a contra reloj: la amenaza de perder los derechos de autor
¡Sí! Los 4 Fantasticos ganaron esta vez. Y su estudio Costantin Films pudo retener los derechos gracias a una película espantosa de bajo presupuesto hecha por un diligente director de clase B (¿o z?) llamado Roger Corman. No nos cansamos de esta película de la que ya hemos podido hablar en nuestro ranking “Top 5: Superhéroes en sus adaptaciones más bizarras”. Y no hay mucho más que hablar ya que la entera producción, historia y efectos especiales, estuvieron nada más y nada menos que a la altura de un film que se hizo solamente por una cuestión contractual, para estrenarse jamás y para que nunca nadie la pudiera ver.
2005: Esa anomalía temporal ubicada despues de Spider-Man y antes de Marvel Studios
Tal vez Spider-Man (2002) con sus colores, frescura y desparpajo haya sido la primera pelicula de superheroes. La discusión por este título sería interminable y además tal vez deberíamos referirnos solamente al siglo XXI (donde como explica Stan Lee, la viabilidad de los efectos especiales hacen posible expresar las inimaginables cosas que pasan en las páginas de los comics, por ejemplo los sensuales meneos aeros de nuestro amigable vecino arácnido). Pero seguramente la película de Sam Raimi será fuerte referencia al aportar cierta frescura en relación a antecesoras que se avergonzaban del género (como la X-Men (2000) de un Bryan Singer que contaba que nunca había leído una historieta, que le prohibió a sus actores que lo hicieran para buscar referencias y que ocultó a su super grupo bajo las costuras de un incomodo cuero negro) por ejemplo dándole a Spider-Man un traje prácticamente igual al de los comics y sin dar demasiadas razones al respecto. Se caracterizaba por aportar una cuota de humor que por momentos y con bastante inocencia rozaba lo absurdo pero también por erguir su postura en otros momentos, equilibrando la balanza con cuotas de muchísimo honor superheroico para así lograr un tinte dramático que mantenía la tensión y el interés en lo que estaba pasando. Este mismo estilo aunque más maduro, estilizado, cool e irreverente, propondría Iron Man (2008). La cinta de John Fraveau terminaría erigiéndose como la matriz del MCU y la piedra angular de la película que en mi opinión es la que marca un verdadero antes y después creando el género cinematográfico superheroico propiamente dicho: The Avengers (2012) de Joss Whedon.
Bueno, entre Spider-Man y Iron Man tendríamos esta película a la que le costaba encontrar su lugar en el mundo, no pudiendo resultar totalmente satisfactoria en esto de conseguir mantener un pulso firme que pudiera encontrar el equilibrio entre el humor y la tensión dramática. Nos referimos a la Fantastic Four (2005) del nada rutilante Tim Story, más conocido por realizar básicas comedias dirigidas al público de etnia negra, como The Barber Shop (2002) y varios proyectos con su amigo Kevin Hart. El elenco también era algo irregular contando entre sus filas a actores que en esa época estaban de moda como Jessica Alba (una mujer de ascendencia latinoamericana intentando interpretar a una de ascendencia anglosajona con la presencia de un hermano de real ascendencia anglosajona) o Julian McMahon (quien venía haciendo mucho lío siendo ariete de la provocadora serie de cínicos y sexualmente desenfrenados cirujanos plásticos Nip Tuck). Y por supuesto contando con un candente Chris Evans pre-Capitán América.
Dicho todo esto la película si bien era mala, lograba conformar. Incluso le fue aceptablemente bien en las taquillas a nivel recaudatorio, tanto como para justificar la creación de una secuela. Respetaba de manera más o menos fiel los orígenes del grupo, a excepción de un vergonzante Dr. Doom. Tenía buenos efectos especiales y su cast podía ser cuestionable pero sin llegar a ser escandaloso. Y las relaciones entre ellos estaban diagramadas de un modo más o menos lógico aunque algo exagerado. Y acá tal vez haya estado el principal problema. Las altas dosis de humor liviano y exagerado se llevaban puesto cualquier intento de involucramiento emocional del espectador para con la historia. Los chistes malos (de esos que no hacen reír) a la hora del día y un argumento que de tan sencillo resultaba mediocre, hacían el resto. Por todo esto Los 4 Fantásticos resultó ser una película que intentando ser simpática todo el tiempo, peca de inocente en cada una de sus filas quedándose con sabor a poco a la hora de poder explotar su verdadero potencial.
-¡Oh sí! Hicimos una gran película. -¿Estas seguro Reed?
2007: Esa nubecita llamada Galactus
Los 4 Fantasticos y Silver Surfer era un gran título que anunciaba desde ya, de que iba a ir la cosa. Conoceríamos el poder cósmico de un adonis de cuerpo plateado que con una tabla de Surf en los pies barrena los confines del universo buscando en el menú de las galaxias un buen manjar para su líder devorador de mundos, Galactus. A ver: ¿Que resultó de todo esto?. El Surfer (aunque lejos de su faceta filosófica existencialista que para él escribiera Stan Lee en los comics) no estaba mal. Se valoran sus intenciones y el CGI agregado estaba muy bien, y más para la época. Pero si habíamos dicho que la película anterior tenía un tono algo inocente, debemos decir que esta duplicó la apuesta, enfocándose aún más en esa relación (tan falta de química entre Ioan Gruffudd y Jessica Alba) entre Reed y Sue para mostrarnos lo complicado de una relación en términos superheroicos (lo cual no hubiera estado mal si no se hacía de un modo tan naif) y peor aún, la rivalidad y chicanas eternas entre un rebeldon Jonnhy y un mal humorado Ben que estaban constantemente en plan de intercambiar sus poderes siendo aplastados por el peso de tener que ser el comic relief de la historia.
Pero ahora bien, eso no fue lo peor de todo. Lo peor de todo fue transformar un majestuoso, gigante y aterrador ente cósmico superpoderoso en una atemorizante ¿neblina?. El Galactus clásico es un gigante de unos variables 8 metros de estatura cuyas lineas de dialogo generalmente expresan lo hambriento que está y las ganas que tiene de comerse un planeta entero. En su caso esto es literal lo cual, resulta atemorizante. En su lugar (creemos que por una cuestión de efectos especiales y de simpleza argumental) el gigante es reemplazado por una neblina en plan Pac-Man. Sin palabras. Fin de la franquicia.
De un lado, un imponente y majestuoso ente cósmico. Del otro, una tierna nubecita.
2015: Un viaje a la Zona Negativa (Desde donde siempre cuesta volver)
Hay algo que suelo llamar “el síndrome chilindrina”. En un episodio de “El Chavo del 8”, el Chavo le corta las trenzas a su amiga la Chilindrina y siempre lo hace excediéndose en uno de los lados, nunca pudiendo encontrar el balance entre ambos. Todo al punto de no tener nada más que cortar al menos hasta que el cabello vuelva a crecer. Bueno, algo así sucedió con el reboot de Los 4 fantásticos, generalmente conocida como “F4NTASTIC”. Si el gran problema de la saga anterior era el humor en exceso y la liviandad con la que se tomaba la historia, acá: se lo tomaron muy en serio. La paleta de colores pasa a ser más bien oscura y toda la historia intenta sonar hiper-realista. Vendría a ser el “Batman Begins-Dark Knight” de los 4 Fantasticos. Pero malo. A ver: ¿Quién no querría lograr ese gran éxito de crítica y taquilla que fue la trilogía -o al menos las dos primeras películas- de Christopher Nolan? Ahora bien, no todos son Batman como para llevarse tan bien con la oscuridad. Y mucho menos los coloridos 4 Fantasticos. Y no todos son Christopher Nolan, algunos son Josh Trank. Y Josh venía de hacer una gran película dentro del género superheroico (algo que no se ve a simple vista) llamada Chronicle (2012) en la cual un trío de adolescentes trasnochados lograba desarrollar superpoderes. De acá por ejemplo importa a Michael B. Jordan para que se convierta en su Johnny Storm-Antorcha Humana.
Ya habíamos mencionado que nos sonaba raro ver a la casi latina (como diría Karina Jelinek sobre los chilenos) Jessica Alba, hacer de una anglosajona con hermano incluido en el pack. Bueno, acá el caso fue a la inversa pero haciendo más ruido al incluir al actor afroamericano (antes de ser Creed en la homónima película, antes de componer a un gran Killmonger en Pantera Negra) a interpretar al hermano menor de Sue. Ojo, así y todo Michael no desentona en absoluto al hacer de Johnny, aunque esto no sea necesariamente un elogio a la hora de repasar la calidad de la pelicula. Película en la que Kate Mara (Zoe Barnes en House of Cards) interpreta a una Sue en una versión que además de no tener correlato sanguíneo con su hermano, resulta mucho más dura y reacia que la acostumbradamente contenedora de la versión clásica. Además con una diferencia de edad con Reed que desemboca en una falta de química evidente que casi nos hace añorar los tiempos de Gruffudd y Alba (nunca pensé que iba a escribir esto). Jamie Bell (un crecidito Billy Eliott) cumple como Ben Grimm aunque a su mal humor habitual le faltó la dosis de ternura que suele equilibrar la personalidad de este hombre cara de piedra. La misma está básicamente protagonizada por Milles Teller que con alta popularidad para la franja etaria a la que apuntaba en teoría la película, cumple interpretando a ese geniecillo introvertido y obsesivo llamado Reed Richards.
Ahora bien, si contabamos con un elenco de buenos actores y un director que venía de dirigir una buena película dentro del género: ¿Que falló? Bueno, pensemos en varías cosas. Si volvemos a su director y nos enfocamos en su juventud y su falta de renombre, diremos que su Chronicle logró gran éxito entre otras cosas, porque nadie esperaba nada de ella. Algo muy distinto a una superproducción multimillonaria adonde las expectativas y condicionantes son muchas y todo el mundo pretende meter la cuchara. Muchas presiones para un joven y a la postre, cuestionado director. Cuestionado primero por haber estado demoliendo hoteles, ya que sus perros rompieron una casa que la productora le alquilaba, produciendo daños por 100.000 dólares. En segundo lugar recluido durante todo el rodaje, encerrándose en su cámara en plena filmación y en su trailer en los tiempos muertos, para evitar las contaminaciones del exterior. También con una mala relación con su elenco, despreciando la mayor parte del tiempo a Mara ya que él no la había elegido y era una imposición de la productora. Y casi yéndose a las manos con Teller en algún momento. Se comenta que el director les señalaba entre tomas a los actores, el momento preciso en el que tenían que respirar y pestañar, literalmente.
Pero echarle solamente la culpa a Trank sería quedarse corto. Al igual que en aquella simpática película de 1994 la productora hizo las cosas a las apuradas para mantener la posesión de los derechos. Esto desembocó por ejemplo en que el rodaje comience y hasta finalice, sin que se tenga escrito un final en el guión. También le había prometido al director un presupuesto bastante mayor al que le terminaron dando (la idea original era contar con muchos más elementos Fantásticos, como el presentar a el Hombre Topo con sus monstruos incluídos, al ejército de Dr Doom venido desde Latveria, al villano Annihilus regente de la Zona Negativa y a una versión aggiornada de H.E.R.B.I.E. estilo BB8 -un par de años antes de que el androide de Star Wars existiese- a quien nos habíamos referido en nuestra primera parte). También la idea del director era que la película durara unos 45 minutos más que lo que quería FOX. Ahí se explica en gran manera porque la misma resulta tan despareja entre su inicio y su final. Los productores además se quedaron a mitad de camino entre ofrecerle su total apoyo y ayuda al director, o comenzar de nuevo cuando entendieron que el rodaje se había convertido en un desastre. Por todo esto la parte final de la película es lo más caótico de la misma. Ya cansados de la situación dejaron en un lugar secundario a Trank y re filmaron ciertas escenas con un comité de notables (los rumores decían que incluía a Drew Goddar y a Matthew Vaughn) sin tener ni siquiera en esta etapa el final de la historia escrito, con sus guionistas ocupados en otros proyectos y con sus actores también, filmando escenas con dobles de cuerpo y con Milles Teller solo, actuando frente a una pantalla verde. Todo un desastre.
Tanto es así que Trank escribió un tweet horas antes del estreno que la productora estima, le costó unos 10 millones de dólares de recaudación a la película: “Hace un año, tenía una versión sencillamente fantástica de esto, y hubiera recibido unas críticas fantásticas. Probablemente nunca la vean, pero así es la vida.” El Tweet duró pocos minutos publicado decidiendo su autor borrarlo pero como siempre debemos saber, cuando algo se publica en internet esto no se puede borrar. Todos los problemas en el rodaje le costaron el puesto en otra película a la que ya había sido asignado como director: un spin off de Star Wars se dice, protagonizado por Boba Fett. Para completar el panorama general, el clima enrarecido de toda la gira promocional se veía vívidamente en las entrevistas del elenco a quienes se les percibía el hastío a varios kilómetros a la redonda.
La película en sí, tiene al menos una primera media hora que es muy buena y nos llena de entusiasmo. La historia estaba basada en el universo Ultimate de los comics, en donde se nos presentaba una versión más joven y aggiornada del fantastico grupo. Vemos el crecimiento de un niño genio como Reed, su amistad con ese amigo de fierro…ejem, de piedra, que es Ben Grimm y como todo desemboca en el descubrimiento de La Zona Negativa. Conocemos a Sue, a Johnny y a Victor (Doom). Luego de esa primera media hora, vemos cómo su curiosidad los lleva a explorar La Zona Negativa y así obtener sus extraños poderes. Llegar al punto en donde obtienen sus poderes resulta desgastante ya que se recorre un camino innecesariamente largo. Pero el desastre total viene después. El dramatismo y el mal humor y antipatia de los personajes crece luego de un salto temporal narrativamente caótico que los muestra intentando reunirse. La trama, sencilla, resulta igualmente incomprensible. Doom parece una momia, The Thing perturba al aparecer sin pantalones y Sue Storm que antes era castaña clara ahora es una rubia casi albina.
Podríamos extendernos más a la hora de contar cada cosa mala que tuvo esta película (y no es una frase retórica, realmente podríamos puntualizar más cosas) y podríamos elegir muchas escenas que nos den muestra de esto. Prefiero quedarme con esta que para mí es la más desastrosa de todas: el final. Un grupo que parece odiarse entre sí, actores que parecen hartos de estar ahí y diálogos que parecen garabatos escritos minutos antes. Toda una gran muestra de una nada misma que parece salida de la Zona Negativa.
En un arreglo multimillonario a finales del 2017, Disney se hizo de los derechos de los 4 Fantásticos, lo cual en teoría le otorgaría a Marvel Studios la potestad para incluir a los personajes en su universo cinematográfico. Luego de hacer un extenso recorrido por su carrera en cine y series caemos en la cuenta de que esto ya nos resulta prácticamente una necesidad. Ojalá que esto suceda repitiendo la experiencia de Spider-Man homecoming, dandonos productos a la altura de las circunstancias. Pudiendo finalmente explotar el grandísimo potencial que tienen los personajes creados por Stan Lee y Jack Kirby. Pudiéndonos presentar finalmente en cine y televisión a los 4 Fantasticos.
Por Lautaro Olivera