“Ser superhéroe es fácil. Solo tenés que tener millones de dólares en la cuenta bancaria. Como Batman o como Iron Man”, me dijo un amigo en una charla de sobremesa típica, luego de un asado. “¿Y Spider-Man? Spider-Man no tiene un mango” le contesté. “Pero tiene un montón de superpoderes”, me dijo.
Y como para mí ejercer el rol del superhéroe es un gran acto de nobleza y altruismo que va más allá de los recursos financieros y los superpoderes de los que se disponga, para probar mi punto me dispuse a recordar algunos casos en donde se da esta particularidad: Superhéroes que salen a combatir el crimen sin un mango y sin superpoderes, solo empuñando una enorme valentía.
De aquí surge este ranking de antihéroes. 5 superhéroes, carentes de recursos:
MISTERY MEN (1999):
Ben Stiller como “El Furioso” con la habilidad de sencillamente “enojarse”. William H. Macy como “El Pala”, esgrimiendo su herramienta con maestría para combatir el crimen. Y Hank Azaria como “El Rajá Azul” que (sin nada azul en su indumentaria) tiene la destreza de lanzar tenedores con exacta precisión. Los tres, hombres normales viajando en el auto prestado de la señora esposa de El Pala, queriendo formar un supergrupo y emprendiendo la misión de rescatar al gran superhéroe de la ciudad, el Capitán Asombroso (personaje harto soberbio, interpretado por Greg Kinnear). El supergrupo se completa (entre otros) con Janeane Garofalo y el elenco, con Claire Forlani (¿Conoces a Joe Black?) como el love interest de El Furioso y Geoffrey Rush (me pongo de pie) en el papel de Casanova Frankestein, el gran supervillano de la ciudad. Delirante, sorprendente y desafiante, la cinta dirigida por un tal Kinka Usher mantiene un tono de comedia absurdo que con Ben Stiller a la cabeza recuerda a Zoolander y que curiosamente, no ha logrado el enorme reconocimiento que se merece.
UMBREKEABLE (2000):
¿Y si vivieras toda tu vida sin saber que tenías superpoderes?
Luego de un accidente ferroviario del cual resulta único sobreviviente sin sufrir siquiera un rasguño, David Dunn (Bruce Willis) empieza a sospechar que algo particular sucede con él. Idea que será llevada al extremo por Elijah Price (Samuel L. Jackson) coleccionista fanático de comics, que no tiene lugar a dudas en tratar de convencerlo de que este posee poderes sobrehumanos. Con un tono más bien oscuro y con cierto suspenso, el viaje a través de los matices de la credulidad que nos propone el director M. Night Shyamalan (Sexto Sentido) resulta ser una visión hiperrealista acerca del género y al mismo tiempo un gran homenaje. Bien explícito gracias al curador de arte (de séptimo arte, como se diría en el medioambiente de las historietas) interpretado por Samuel L. Jackson (actor también aficionado a los comics, que desde hace años encarna al gran Nick Fury en las películas de Marvel) e implícito en ciertos detalles, como por ejemplo la apariencia minimalista y gasolera pero a la vez noble y superheroica que el pilotín anti lluvia le concede al genio de Bruce Willis.
DEFENDOR (2009):
Woody Harrelson encarna a Arthur Poppington, personaje con un leve retraso madurativo que bajo la identidad de Defendor, sale en las noches en búsqueda de narcotraficantes. Armado de un garrote y con varios gadgets en su traje como bolitas o enjambres de avispas listas para atacar, su verdadero objetivo será arrestar al Captain Industry, máximo líder de todo imperio dedicado a la venta de drogas. Es una pena que la película dirigida por Peter Stebbings caiga en los mares del olvido por no tener una dirección clara en su historia, interpretando con cierta linealidad la patología de su protagonista. Pero al menos nos deja muy en claro cuál es la verdadera importancia de construir una identidad y siguiendo un ideal (de justicia y altruismo en este caso) como esta nos sirve para encontrar la trascendencia: para lograr llegar más allá incluso, de nosotros mismos.
KICK ASS (2010):
Tal vez la más conocida de la lista, la película dirigida por Matthew Vaughn (X-Men: First Class, Kingsman: El Servicio Secreto) inspirada en el comic del prestigioso guionista Mark Millar, cuenta la historia de Dave Lizewski, noble muchacho de escuela secundaria que parte de la premisa más sencilla del mundo: «¿Por qué todavía nadie en el mundo real, ha intentado ser un superhéroe?». Vestido en un traje verde y amarillo que logra ser icónico por lo particular que resulta y empuñando apenas un par de macanas, (el) Kick- Ass saldrá a la calle a combatir el crimen (si es que pasa algo) convirtiéndose en el camino de su maduración (expresado en la gran banda de sonido que acompaña los tonos de la película) en héroe a la vez buscado, a la vez accidental. Acción y comedia a la vez, con altas dosis de violencia bien puesta que se naturaliza en la narrativa, el elenco cuenta en sus filas con un batmanizado Nicholas Cage y con una Chloë Grace Moretz que con arrasador carisma y una actitud bien adulta en su rol superheroico, se come la película. De la mano de Vaughn la cinta resulta divertida, pochoclera y altamente recomendable.
SUPER (2010):
Capturada su mujer a manos de la mafia y con la desidia de no poder recurrir a la policía, Frank Darbo decide crear la identidad de Crimson Bolt para salir a combatir el crimen disfrazado color carmesí, golpeando delincuentes con una contundente llave inglesa. Con Rainn Wilson (conocido por su papel de Dwigth en The Office) en el papel protagónico, y acompañado por Ellen Page como su disfuncional, intensa y desaforada side-kick «Boltie», el Crimson Bolt combatirá a los malos al grito de “Shut up Crime!” al tiempo que intenta recuperar a la junkie de su mujer (Liv Tyler) capturada por un villano capomafia muy amable y relajado, interpretado por Kevin Bacon. Comedia negra con altísimas dosis de gore (que por momentos logran incomodar al espectador a la vez que producen una risa incomoda) que sorprendentemente habla un poco acerca de la soledad y con ternura, como los superhéroes pueden ser un ideal aspiracional de nobleza con la capacidad de otorgar (amor y) reconocimiento. Dirigida por James Gunn, famoso por llevar las riendas de los Guardianes De La Galaxia, la película es digna de revisión por parte de aquel publico adulto que se ha fascinado por Star-Lord y compañía.
Sin reflectores en el cielo que los convoquen, sin la billetera de Bruce Wayne o Tony Stark que los respalde y carentes de superpoderes pero signados por una sentimiento de gran responsabilidad en sus corazones, estos héroes clase C se erigen frente a la desidia de una justicia que no siempre es ciega, intentando vendarla. Héroes con pies de barro que ante la falta de recursos utilizan su astucia vestidos con pilotines de lluvia, lanzando tenedores y bolitas, y pegando con macanas y llaves inglesas. Todo un ejemplo de que para ser un verdadero superhéroe no se necesita mucho más que tener: un gran corazón.