Gran cuarto capítulo de Boardwalk.
De esos que hacen pensar que se va a armar una buena rosca. Como siempre, la violencia es gratuita en la época de la mafia, pero en definitiva eso es lo que buscamos de la serie. Boardwalk sabe manejar sus tiempos y no necesita apurar los hechos para forzar un gancho que deje a sus espectadores con ganas de más, y cuando explota, es consciente de la expectativa que genera.
Es una serie sobre la prohibición del alcohol, con eje en la mafia y el enriquecimiento de algunos personajes. Al llegar a la crisis, también aborda el problema que ocasionó y los cambios que se empiezan a generar. Por eso Nucky está en la búsqueda del cambio, porque está cansado de los riesgos y porque, en definitiva, lo que logró no lo satisface.
Aires de Guerra
El reencuentro entre Nucky y Margaret fue más que un simple pedido de ayuda, pasó mucho tiempo y quedaron muchas cosas pendientes como para que fuese una charla común. Fue un momento de reconciliación simbólica pero carente de emotividad, porque no se perdonaron, inclusive Margaret no obtuvo el favor que buscaba, sin embargo, fue un primer paso para que la relación se recomponga. Dudo que obtenga la ayuda inmediatamente, Nucky fue más que claro con su postura, pero la charla dejo mucho que pensar en ambos lados. No hay dudas que las consecuencias de esta línea argumentativa tendrá alguna implicancia en el final de lo que suceda con Nucky.
Alrededor de esta charla sucedieron cosas más importantes. En Cuba, claramente…pero los hechos en Chicago son los que más ansiosos nos dejan. Los mafiosos son muy extraños y el teaser de este cuarto capítulo nos había dado una pista muy clara de lo que podía suceder. Así como Lucky Luciano es el gran protagonista de la temporada, Al Capone es la vedette en su máximo esplendor, el divismo que maneja está en la estratosfera y el desafío de Luciano en su propio hogar no fue nada agradable para Alphonse. Si era otro, lo ejecutaba, pero consciente que podría armar una guerra más grande, eligió un nuevo San Valentín, sobre todo con la llamada telefónica del final. Recordemos que el vínculo de Chicago-Atlantic City viene de la guerra contra Gyp Rossetti, Luciano quería pasar por encima de eso como si nada.
Mención aparte para la escena de “Mueller”, con un final muy sincero. La evolución del personaje del ex agente Van Alden tuvo su dramatismo y supo entregar grandes momentos, este se ubica bien arriba. La seguridad con la cual se le plantó a Capone, un personaje al que todos temen y tratan como niño caprichoso, fue notable.
Lo que sucedió en Cuba, entristece, pero también es un símbolo que indica que los tiempos cambiaron en todo sentido y la participación de Sally fue insípida en lo que va de la temporada. Cuba también sufrió la crisis, y el “patio trasero” se empieza a levantar, eso es lo que no entendió Sally que recurrió a las prácticas de siempre en personas cansadas con esa situación injusta. La impunidad de otros tiempos no será tan fácil luego de la crisis. ¿Cuáles serán las consecuencias de esta perdida en el negocio que quiere hacer Nucky con Bacardi? Mi intuición es que el nexo que generaba Sally era fundamental, pero el dinero siempre seduce.
Mientras la infancia de Nucky va profundizando su relación con el Comodoro, Boardwalk se encamina a un final muy interesante, con una guerra que puede llegar a niveles extremadamente sangrientos. La mafia está en su edad de oro y los personajes que se enfrentan no tienen límites, sino miren lo que hizo Capone a uno de sus colaboradores en este capítulo.
Quedan 4 capítulos y el “No one goes quietly” se afianza a cada paso.