Introducción – Construcciones del mundo
Nuestro imaginario siempre indicó que Estados Unidos e Inglaterra eran primos-hermanos. Es lógico, desde el sur, especialmente desde nuestro país, el mundo se ve distinto a lo que realmente es. Todo el primer mundo parece perfecto, sin conflictos ni corrupción, perfectamente organizado y ordenado. Todo lo malo está solamente en los países tercermundistas y el nuestro es la meca de eso, obviamente.
Ese imaginario ignora que esa relación tan perfecta, entre los piratas y los yankis (?), antes de las dos guerras mundiales, estaba marcada por los celos, la tensión y el conflicto de dos potencias que buscaban “dominar el mundo”. El mundo colonial y la globalización de ese momento están muy lejos de la lógica actual, digitalizada y neoliberal. Por eso “dominar el mundo” tenía sentido. Esa dominación estaba atada a la exclusividad en la distribución de mercancías, es decir, ganar mercados. Otra idea que no se entiende como lo concebimos hoy, ganar mercados era un sinónimo de “dominar países”.
La llegada de Estados Unidos fue un grano al mundo colonial. La idea del mercado de este nuevo país no era igual a la de Inglaterra. Ese nuevo mercado era un poco más parecido al mundo como es actualmente.
Taboo económico – político
No es la intención seguir con este relato si, obviamente, no hablamos de una producción audiovisual. Toda esta introducción fue para empezar a hablar de Taboo, serie que nos llamó la atención antes de su estreno por los nombres rutilantes que tiene en su elenco.
Obviamente, la serie es algo más que eso. Creada por Steven Knight, Tom Hardy y su padre “Chips” Hardy, Taboo se mete de lleno en ese contexto colonial, antes que los EE.UU. asomaran como potencia mundial, sino como un potencial (recordemos que la Argentina también fue un potencial).
Como dijimos en el artículo anterior en el cual hicimos una previa a Taboo:
Se ambienta en 1814 y sigue a James Keziah Delaney (Tom Hardy), un hombre que se creía muerto y retorna a Londrés con catorce diamantes robados en el bolsillo y con sed de revancha, luego de la muerte de su padre. Una vez en su ciudad, descubre que su padre le ha dejado una misteriosa herencia. Así, Delaney se enfrenta a la Compañía Británica de las Indias Orientales cuando se niega a vender la empresa familiar.
Eso es lo básico, pero… ¿Qué hay detrás de eso?
La misteriosa herencia es una tierra al norte de los Estados Unidos (en guerra con la Gran Bretaña, pero cercana a firmar la paz), cercana a la actual Cánada, se trata de un estrecho que la comunica con China. Aquél que tenga posesión de esa tierra, tendrá el dominio del intercambio de comercio, por lo tanto, es una mina de oro.
La Compañía Británica de las Indias está liderada por Sir Stuart Strange (el gran Jonathan Pryce), el poder en las sombras, mientras que en el frente de la corona británica, el rey es George IV (Mark Gattis). Volveremos sobre esta relación más adelante, pero la Compañía ya había arreglado con la hermanastra de James Delaney, Zilpha Geary (Oona Chaplin), la venta por una cantidad de dinero interesante, pero exigua en relación al potencial del terreno.
Al llegar James, arruina todo. Se lo creía muerto luego de su excursión en África y se tejieron una serie de rumores relacionados con la brujería y la chamanería, con respecto a su persona. Estos rumores no son infundados, Delaney tiene una oscuridad muy marcada en su forma de ser y en sus recuerdos/flashbacks/delirios místicos. Esa aura que rodea al personaje de Hardy es deliciosa y es el punto fuerte de la serie.
Por otro lado, la relación entre James y su hermana está spoileada en el título de la serie Y su nuevo esposo, Thorne Geary (Jefferson Hall) cumple el papel de enemigo de James.
Todo eso que describimos, es parte del primer capítulo o lo básico para llegar a la serie. Luego irán apareciendo otros escollos, personajes secundarios que tendrán un rol fundamental como Dr Edgar Dumbarton (Michael Kelly) que es el espía y nexo norteamericano de Delaney.
¿Cuáles son las cosas para seguir o destacar de la serie?
Relación entre la corona inglesa y los señores burgueses
Ohhh, volvemos a la historia. Claramente no es lo más interesante, pero es lo bastante para aquellos que les interesa la política o quieren intentar entender el funcionamiento del mundo. Podemos ver un rey desfachatado, vulgar, sentado en sus laureles, sin embargo eso no lo hace un ser mínimo en esta historia. La burguesía empezó a dominar el mundo desde hace algunos años, pero la corona todavía mantiene su peso e importancia. La relación es de conveniencia mutua pero hasta ahí. Los beneficios no son compartidos mitad y mitad, y en cierta forma, son enemigos íntimos que se necesitan.
Ambos quieren matar a James Delaney pero no la tendrán tan fácil, como se va viendo en los distintos capítulos.
Los hermanos no sean muy unidos/ porque esa es la ley prohibida
La serie se llama Taboo por dos motivos. El primero es el taboo del incesto. La formula HBO (?) de llamar la atención de todos con sexo y romper paradigmas ya es todo un símbolo de los últimos 15 años. Ya cansa un poco, es cierto. A veces no hay necesidad. Pero aquí es el corazón oculto de la serie.
Brujería
Otro de los motivos del nombre de la serie. La magia negra, castigada por el mundo occidental, está impregnada en la vida de James Delaney. Las visiones, los recuerdos, los tatuajes, los rumores y las voces todo eso rodea el mundo del protagonista. Pocos rastros nos dejan, pero seguramente tendrán una importancia relevante para que James avance.
Gran parte de las series actuales tratan de antiheroes, con temáticas cuestionables y climas narrativos bien oscuros. Taboo no es la excepción pero se apoya sobre la brujería y sobre lo lugubre del Londrés de principios de siglo XIX para cautivar a su publico.
Sí, un antiheroe más. Si bien la serie interesa y promete mucho, no se trata de algo tremendamente popular ni efectivo en primer termino. Lo que sí, es un papel hecho a medida de Tom Hardy y eso ya es argumento suficiente para ver esta serie.
Por Germán Morales