Cine Hollywood

Omnipresentes pero invisibles en el cine: Las redes sociales en Chef (2014)

Germán Morales
Escrito por Germán Morales

Muchas veces da la sensación que una época histórica no debería tener problemas para influenciar los relatos y las narraciones que le son contemporáneos. Sin dudas esto sucede en estilos, géneros, detalles, chistes o referencias, pero los dispositivos, medios o productos que están de moda en un determinado momento de la historia están ocultos en su influencia pero presentes físicamente.

Quizás es difícil percibir esto en algunos films, pero en otros se hace extremadamente evidente.

La película “Chef” (aquí se estrenó como “Chef: la receta de la felicidad” a fin del año pasado) logra destacarse en la utilización de las redes sociales. Es redundante decir que estos medios digitales están omnipresentes en la vida diaria de millones de personas, pero luego de 11 años de la fundación de Facebook y 9 de Twitter, nadie logró incorporarlo con éxito al séptimo arte.

Saber entender tu propia época

Muy pocas películas incluyeron a las redes sociales como herramienta de relaciones públicas, o como ese ojo vigilante que amenaza permanentemente desde las cámaras de los celulares. Chef, dirigida y protagonizada por Jon Favreau, incluye otros factores típicos de nuestra época como la crítica culinaria y sus exigentes estrellas, y también en cierta forma lo es el deseo emprendedor de Carl Casper (Jon Favreau), un chef agotado de la monotonía de su trabajo que no le permite desarrollar su creatividad, y se encuentra opacado por Riva (Dustin Hoffman), el dueño de un exclusivo restaurant de Los Angeles para el cual trabaja.

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Chef logra demostrar la utilización de Internet como medio liberador de la creatividad, en primer lugar, y como medio potenciador del éxito, en segundo lugar. El discurso subyacente de este film refuerza la idea de un rol expansivo y decisivo de las redes sociales, junto al mito del éxito y la influencia segura. También muestra el camino a la burla y la posible conversión en meme de cualquier ser humano.

Quizás el film minimiza los costos y maximiza los logros de Internet, pero es interesante como, a pesar de estar tan presente en nuestras vidas, muy pocas películas han logrado tomar el tema del éxito y la burla online.

The Social Network (2010) no entra en esa categoría, ese film trata sobre la historia de Facebook. Me refiero a películas que incluyan a Internet dentro del argumento de forma natural, o genere alguna relevancia dentro del conflicto. En las series, en cambio, las redes parecen mejor incorporadas, quizás por la dinámica que el cine no tiene.

Probablemente también sea demasiado pronto, la expansión de los memes o los casos de éxito online no lograron inspirar a los guionistas para crear historias relacionadas con ello, pero es difícil recordar algún largometraje donde las redes sociales no tengan una participación forzada.

En Chef, las redes sociales están todo el tiempo. Son un medio importante, de utilización constante, pero su intervención está bien justificada. Es discutible que las redes puedan convertirse en un elemento positivo después de un FAIL, pero nadie puede negar que el uso que hacen los personajes en la película no tenga cierta similitud al manejo que hacemos como usuarios en nuestras vidas.

Por otro lado, el film lleva a su protagonista a dejar su trabajo rutinario y aburrido para cumplir su sueño de independencia. Nada novedoso. Pero ese sueño está empujado por las redes, ¿cuánta gente intenta eso en las redes y llama a un familiar para que se haga cargo? Se trata de un viejo cuento, renovado y bien aggiornado, muchos ponen sus pequeños emprendimientos en Internet con el objetivo de pegarla, no todos lo logran, pero es cierto que muchos tienen ese deseo.

Lo que llama la atención es como ese discurso existe, se reproduce casi a diario en los medios masivos de comunicación, pero todavía no llegó de forma efectiva, o por lo menos tan abrumadoramente al cine.

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La malicia de los críticos (y comentaristas)

Al principio de Chef, el restaurant donde trabaja Casper recibe a Ramsey Michel (Oliver Platt), conocido crítico culinario y dueño del blog más importante, entonces decide hacer una cena especial que luego se ve frustrada por Riva. La crítica no resulta buena, y ahí se desata el conflicto principal del film. Sobre el final, se vuelven a encontrar Ramsey y Casper, y este último aprovecha para desahogarse honestamente (de forma civilizada) y le comenta lo mucho que duele recibir críticas, que no hace falta ser tan cruel al momento de reseñar algo porque se está criticando el trabajo duro y la vida de las personas.

Eso es otro punto interesante, como Internet permite a cualquiera hablar sobre cualquier cosa. Las personas en Internet no medimos lo que expresamos, tampoco somos conscientes de las consecuencias. La charla pareció un descargo del director/actor principal frente a los críticos en general (palito para Gordon Ramsay también), pero se puede leer en un doble sentido, como su pequeña reflexión de la crueldad de los usuarios y las “estrellas” de Internet, en el que hace una valoración de lo honesto, dando a entender que los usuarios en la web dan su opinión teniendo en cuenta ese parámetro, sin filtros. 

Para ocultar algo lo mejor es ponerlo a la vista de todos

Chef, en sí, es una película hecha para el puro goce, una película feliz, sin algún drama jodido que afecte al espectador. No necesita nada más, porque su objetivo es que la persona que decida ver este film disfrute y sueñe con el protagonista. Para pensar que la independencia laboral, el éxito y todos los sueños son posibles si trabajas honestamente. Más de lo mismo.

Pero incorporó dentro de su relato un medio que está omnipresente en nuestras vidas, y es una de las pocas en Hollywood que lo logró correctamente. Vale destacar que esto tampoco la hace mejor o peor película. El film es recomendable para pasar un rato feliz y sin preocupaciones.

Lo más contradictorio de todo esto es que su protagonista, en gran parte del film, no entiende y utiliza mal las redes sociales. Seguramente haya sido así con el objetivo de hacer más graciosa la trama, para representar a esa porción de la población que todavía está ajena a su influencia y sigue viviendo sin problemas. Para dejar el mensaje que la web es solamente un medio más y que la vida pasa por otro lado, que si bien su importancia es grande, también en cierta forma está sobre dimensionada. 

La conclusión de todo esto no es nada revelador, pero refuerza una idea interesante de considerar siempre. Para analizar, representar y dramatizar un momento histórico es mejor tomar distancia. Vivimos tan dentro de la propia historia que no se pueden tomar esos elementos correctamente.

Quizás el recuerdo es el catalizador ideal para lograr una representación perfecta.

Por Germán Morales

Acerca del autor

Germán Morales

Germán Morales

Lic. en Comunicación Social (UBA). Creador y redactor de Proyector Fantasma. Responsable de la sección SERIES.