Cine

El último Cronenberg: «Liberación de una forma desconocida»

Germán Morales
Escrito por Germán Morales

La premisa de Cosmopolis (2012) es brindar un cachetazo al sistema financiero y de consumo actual. El film de David Cronenberg, basado en el libro de Don DeLillo, busca hacer un retrato de  la decadencia, a través de su protagonista Eric Packer (Robert Pattinson). Packer es un multimillonario, accionista y caprichoso, que está en lo más alto del sistema y por distintas circunstancias sufre diversas crisis, ya sea por intervenciones de exempleados o por entusiastas que buscan revelarse al sistema con un tortazo en la cara, ridiculizando su imagen por un instante.

El eje de la película se centra en el recorrido que intenta hacer desde el centro hacia su peluquero habitual, interrumpido por diferentes eventos como la llegada del presidente a la ciudad, una manifestación anarquista y por el funeral de un rapero que impiden que el protagonista pueda llegar de forma fluida. Ahí se encuentra con asesores de negocios, su esposa, el jefe de seguridad, entre otros personajes, con los cuales habla dentro de su limusina que es el escenario principal de Cosmopolis.

En muchas de esas charlas podemos llegar a la forma de ver la vida del millonario excéntrico, como siente el dinero, lo material, el sexo, la vida, los negocios y su empresa. Una llegada directa hacia una persona con una concepción de la realidad alterada por el estilo de vida que lleva y por la venda que tiene en los ojos. Un ejemplo de su concepción se produce cuando pretende comprar un templo religioso, ahí se ve claramente que el dinero está en el centro de su escala de valores y que es capaz de conseguir/comprar cualquier elemento del mundo.

Por eso, tanto la caída del protagonista como las conversaciones que se desarrollan, demuestran una reflexión muy superficial acerca del sistema con pretensiones de profundidad. La obsesión por el sexo, el consumo constante e irreflexivo, la deshumanización del sistema son tópicos tan desarrollados que parece cada vez más difícil generar un relato que invite a la reflexión o que logre conmover de verdad.

“El porfolio de capital ha sido reducido a casi nada en un día, mi fortuna personal de miles de millones entra en conflicto con esto. Y me han amenazado de muerte. Está bien. No pasa nada. Me hace sentir libre de una forma que no conocía.”

Aún así, Cronenberg siempre se hace interesante, incluso en sus películas más aburridas o menos atractivas. Los tópicos que toca son recurrentes, hasta sus historias parecen similares en algún punto, pero siempre invita a estar atento a sus relatos cada vez que decide filmar.

Este film, al igual que la posterior película de Cronenberg, Mapa de Estrellas (2014), se focaliza en los grandes dominadores del mundo moderno. En ésta última el eje está puesto en Hollywood y la cosmovisión y valores de las estrellas en proceso de surgimiento hasta llegar a la decadencia. Como esos personajes tienen su mundo bajo el valor de la apariencia, el éxito y el discurso vacío. Cosmopolis, en cambio, se centra en el dinero y en su flujo. En ambos casos se da una progresión hacia el vacío y la decadencia, en Mapa de Estrellas se da un desenlace más grotesco, pero ambas comparten como punto en común la progresión hacia el vacío. En este caso, Cosmopolis sí hace un pequeño elogio de la vida común, de los orígenes, cuando Packer vuelve al peluquero de su padre a rememorar gran parte de su vida.

El caso es que ambas producciones muestran una falta de rumbo del sistema actual y de los protagonistas dentro de ese sistema. Tanto del sistema financiero como del mainstream de Hollywood, de su razón de ser. La charla entre Packer y su asesora en relación al dinero y su funcionamiento, la reflexión sobre el presente y el futuro, la esperanza y la tecnología. El hombre deposita una gran cantidad de energía en un mecanismo cuya única dirección es acumulativa.

“El dinero ha perdido la cualidad narrativa, como le pasó a la pintura en su momento”

Por eso cuando descubre los peligros que lo enfrentan, Packer se siente vivo y disfruta dentro de su decadencia. Así se justifican sus acciones más adelante. El sexo y la pulsión de vida entran en el engranaje mecánico del sistema actual. Packer deja de ser el más joven, más lindo y más poderoso; por eso decide enfrentarse a su propia decadencia entregándose de lleno a ella. La escena del tortazo es clave, como no lo fue cuando enfrentó la protesta anarquista dentro de su limusina.

Ahí experimentó cara a cara la decadencia: se expresó sobre su cuerpo y no quiso ponerle fin a la caída, la caída en manos de uno de sus ex-empleados, una de sus víctimas más directas. Una metáfora de justicia por mano propia, una metáfora de revolución social. Sin embargo, su final definitivo no se devela. Como la relación de la humanidad con su sistema de producción, el problema es que, en este caso último, no se sabe quien tiene el arma.

La tecnología es crucial para la civilización, ¿por qué? Porque nos ayuda a construir nuestra fe. No necesitamos a Dios o milagros. Pero también es aplastante e indecidible, puede ir en ambas direcciones.

Aún así, hay muchas cosas que Cosmópolis no considera o que regala para analizar en visiones múltiples. Quizás con Mapa de Estrellas completó parte del mensaje y hay que tomarlos en diversos fascículos. Pero también, como el presente nos obliga a analizar, siempre se piensa que la liberación es lo que viene después de la rebelión o la violencia contra el sistema actual. Quizás esa rebelión se expresa en una furia reaccionaria, como los movimientos terroristas de Medio Oriente o el crecimiento de la extrema derecha en Europa.

Por eso lo más curioso de todo esto es que han pasado cuatro años de esta película -y dos de Mapa de Estrellas- y parece describir un escenario tan antiguo como contemporáneo a la vez. Sobre todo por el inesperado crecimiento de Donald Trump…

Acerca del autor

Germán Morales

Germán Morales

Lic. en Comunicación Social (UBA). Creador y redactor de Proyector Fantasma. Responsable de la sección SERIES.