Título original: The Visit. Dirección y Guión: M. Night Shyamalan. Elenco: Olivia DeJonge, Ed Oxenbould, Deanna Dunagan, Peter McRobbie, Kathryn Hahn, Celia Keenan-Bolger, Samuel Stricklen, Patch Darragh, Jorge Córdova, Steve Annan. Producción: M. Night Shyamalan, Jason Blum, Marc Bienstock y Ashwin Rajan. Duración: 94 minutos. Distribuidora: UIP Estreno: 12 de noviembre de 2015
El respeto a los abuelos
El recurso del metraje encontrado (found footage) está de moda y parece que no existe nada que haga pensar lo contrario a los capos de la industria del cine. Y más todavía si el público acompaña en cada estreno por sobre lo repetitiva que puede volverse esta propuesta. De esta forma, películas como “Actividad paranormal”, “El ultimo exorcismo” o “Proyecto X”, demuestran que más allá de la calidad del producto final, no hay indicios de que este estilo vaya a desaparecer a corto plazo.
Ahora bien, sin duda “The Visit” (llamada Los Huéspedes en las salas argentinas) llega con claras intenciones de seguir explotando este particular fenómeno. Pero también funciona como una suerte de redención para su director M. Night Shyamalan, que hace bastante tiempo perdió el respeto del público y la prensa en partes iguales. Tras los últimos tropiezos que significaron “The Happening”(2008), “The Last Airbender”(2010) y “Después de la Tierra”(2013), el realizador indio regresa al suspenso con un film que lo deja mucho mejor parado desde el punto de vista narrativo.
Siguiendo el estilo de la cámara en mano, la película cuenta la visita de Rebecca (Olivia DeJonge) y Tyler (Ed Oxenbould) a la granja de sus abuelos maternos (Deanna Dunagan y Peter McRobbie), con el objetivo de finalmente conocerlos. Sucede que su madre (Kathryn Hahn) tuvo una gran pelea con ellos durante su adolescencia y el contacto con sus padres quedó trunco durante la crianza de los pequeños. Es así que su hija mayor aprovecha esta situación de rencuentro familiar para documentar junto a su hermano la estadía y lograr que sus abuelos hagan las paces con su madre.
Al principio el recibimiento de los abuelos no puede ser mejor. Los ancianos se muestran tan encantados de recibir a sus nietos, que las recetas caseras y los paseos por el pueblo no se hacen esperar. Pero con el paso de los días, el comportamiento de aquellos simpáticos viejitos se va haciendo cada vez más siniestro para con sus jóvenes invitados. Especialmente por las noches.
Como en sus mejores momentos, Shyamalan sabe manejar muy bien los tiempos para jugar con la mente del público y que termine haciendo sus suposiciones a partir de lo que no se ve. Aunque esto se nota en mucha menor medida de lo que se podía apreciar en “El Sexto Sentido” o “Señales”, dos de sus trabajos más celebrados desde la dirección.
Los Huéspedes hace hincapié en la orgánica relación de los dos hermanos protagonistas frente a los distintos sucesos que van presenciando en la granja, para construir un ambiente de tensión. Aunque se trata de una tensión algo dispersa, que no termina sostener las escenas de terror con las que promociona el film.
Que no se malinterprete, el horror y el suspenso están presentes, pero los elementos de comedia negra que se hacen notar a lo largo de la película, hacen que el llamado clímax de la historia transcurra entre la risa por lo delirante de algunas situaciones y la expectativa por los misterios que encierran estos dos ancianos. Y aunque parezca mentira, esto a fin de cuentas termina enriqueciendo lo que podría haber sido otro estreno de terror genérico.
De todas formas la película cae en el mismo cliché de casi todo exponente del found footage al obligar a los protagonistas a filmar la acción en todo momento (incluso en situaciones de extremo peligro). Aunque desde un punto de vista cinematográfico es entendible que este tipo de tomas sea necesario para que la historia avance. Pero se hace injustificable cuando el género tiene como principal meta dar una sensación subjetividad y realismo al espectador. Algo que se hace notorio también con los diálogos forzados, escritos específicamente para hacerle saber al público lo que debería ser implícito en escena.
Independientemente de los lugares comunes del género, esta vez Shyamalan se mantiene alejado de las temáticas espirituales ya conocidas de su cinematografía y prefiere volver a un ámbito más terrenal y no tan esotérico. Sin embargo parece inevitable que en todos sus films tenga que justificar las acciones de los personajes a partir de moralejas idealistas, y en este caso “The Visit” no es la excepción.
Esto podrá gustar más o menos, pero hay que rescatar que a pesar de recibir tantas críticas por este recurso tan redundante, el director de “El Protegido” nunca cambie sus convicciones. Porque a pesar de sus defectos y vicios narrativos, Shyamalan tiene bien en claro qué contar y cómo hacerlo.
Por Nicolás Feldmann