«De culto: Buenas razones para ver, Las 13 Esposas de Wilson Fernandez»
Por Lautaro Olivera.
El vértigo de un año ajetreado y al mismo tiempo plagado de ofertas audiovisuales para disfrutar, hace que en el movimiento de translación de la tierra de palo a palo nos perdamos de disfrutar de ciertos productos que por su falta de efectividad a nivel marketing o escasa popularidad, se limiten a expandirse en las recomendaciones del boca a boca, quedando etiquetadas con él rotulo del al mismo tiempo halago, al mismo tiempo decepcionante consideración, de “programa de culto”. Este es el caso de Las 13 Esposas de Wilson Fernández.
Emitida por la pantalla de la televisión pública hacia finales de 2014 y siempre disponible en la pantalla de CDA (contenidos digitales abiertos, el Netflix del gobierno nacional) Las 13 esposas de Wilson Fernández, no podría tener un nombre más preciso. Primero porque se trata de eso: Wilson Fernández se casó 13 veces. Segundo, porque el titulo nos dice mucho sobre el espíritu del programa: si bien realistas, las situaciones que se dan en el mismo, son una clara alusión al género épico.
Wilson Fernández (Mex Urtizberea) es un pianista que cae un mediodía a una entrevista laboral en una casa, para hacer un reemplazo en un evento organizado por el Club Atlético Brillanté. Evento que será esa misma noche del 24/12 (nochebuena!) y para el cual se reúne con Betty (Alberto Ajaka, famoso por su papel de D’onofrio en la popular Guapas), líder barrabrava de la organización mafiosa que lleva adelante el club y que quiere en el evento, cerrar un negocio de tráfico de drogas con un cartel mexicano. ¿Qué mejor manera entonces, de matar el tiempo esas 12 horas que haciendo que Wilson nos cuente la historia de sus 13 matrimonios? Y a todo esto ¿por qué es un reemplazo? Porque el pianista anterior está siendo golpeado y torturado, en otra habitación de esa misma casa.
13 episodios que combinan de manera magistral la faceta unitaria de contar la historia de cada esposa en la vida de Wilson, desde un poco antes del retorno de la democracia hasta la actualidad, teniendo en sus flashes guiños explícitos respecto a la cultura de la época con archivos que quedaron en el inconsciente colectivo del ciudadano argentino (El “alcoyana, alcoyana” de Berugo Carambula, Mirtha Legrand con alguna opinión sobre algún personaje nefasto o “el chino” llorando en los saqueos del 2001) con su faceta continuista de develar a medida que avanza la serie, que clase de personajes gobiernan el Brillanté y que ha llevado a Wilson a presentarse a ese lugar, en primera instancia.
Como parte del elenco, Urtizberea realiza muy bien su papel, pero en él se destaca Ajaka componiendo a un matón por momentos atemorizante y por momentos querible. También sobresalen los roles secundarios de aquellos integrantes de la barra del Brillanté, el elenco se completa con grandes actrices destacadas que le dan vida a cada una de las mujeres de Wilson y con las que es mejor sorprenderse, episodio a episodio.
Con una dirección impecable por parte de Gastón Portal, se destacan el guión y la fotografía como puntos más altos, haciendo de este un programa muy recomendado y a mi entender, la mejor serie argentina del 2014.
Para todo público, o al menos para aquellos que son adultos o están promediando la adolescencia. Especialmente para aquellos que se dejan llevar con las particularidades y sorprendentes extrañezas que puede conllevar el género épico.
Desde aquí pueden ver el primer episodio, o bien desde youtube.