Ficha técnica de la película. Título: Blue Jay; Año: 2016; Duración: 85 min.; País: Estados Unidos; Música: Julian Wass; Fotografía: Alexandre Lehmann; Director: Alexandre Lehmann; Guión: Mark Duplass; Género: Drama; Elenco: Mark Duplass, Sarah Paulson, Clu Gulager.
El amor después de que la vida te pase por arriba
En Blue Jay, el film que se estrenó en el festival de Toronto de este año y que Netflix subió en su plataforma a principios mes, se nota la mano del género Mumblecore. En principio es obvio. El actor protagonista y escritor Mark Duplass, junto con su hermano Jay, suelen hacer sus producciones en base a este género. Se trata de películas de bajo presupuesto, con actuaciones y diálogos bien naturales e improvisados.
Pero también se nota en los primeros minutos de Blue Jay. La película, como si fuera una rueda oxidada, encuentra a Jim (Mark Duplass) y a Amanda (Sarah Paulson) en un supermercado como una pareja de amigos que hace mucho tiempo que no se ve. La incomodidad es evidente y la improvisación se expone demasiado. Tanto, que en esos minutos iniciales, ese resquemor dispersa y provoca desinterés.
Sin embargo, a la rueda oxidada le tiran un poco de aceite. A medida que se desarrollan las acciones, la química entre los actores termina por enganchar. Tanto Amanda como Jim se sueltan, y ambos logran personajes muy queribles y tiernos. Los diálogos, como es la marca del mumblecore, son el punto más fuerte de este film. Nos mete de lleno en un recuerdo del pasado, con un coqueteo que busca re-enamorar, como ocurre en “La Reconquista” (2016).
Pero lo que en la Reconquista parece más personal, aquí es más forzado por el drama. Entendemos que se trata una expareja que se pone al día. Una charla que genera muchas preguntas, donde la química que crece intempestivamente y nos mete poco a poco en una intimidad más profunda. Tanto que parecemos volver en el tiempo con ellos, con sus juegos de pareja, bailando al compás de Annie Lennox, y esas imágenes en blanco y negro que ensalzan la relación. La fotografía, en la escena más dramática de la película, resignifica todo el film.
La naturalidad de los actores y de las escenas son tan fluidas que hacen preguntar, ¿Por qué la pareja de Jim y de Amanda no evolucionó bien si “Blue Jay” muestra una relación tan perfecta? Bueno, queridos amigos, de eso se trata la vida. A veces los errores del pasado nos condenan años. Otras veces solamente es por un tiempo. Nada es fácil.
Y si bien, la resolución del film no fue mala, los motivos que exponen no parecen suficientes. La primera reacción es cuestionar a los personajes y eso le quita un poco de credibilidad a parte del relato. La inmadurez alcanza para explicarlo pero no completa la comprensión de los hechos. Si la comunicación era tan simple, en las cintas que recuerdan del pasado se ve lo mismo, ¿hacía falta tanta impulsividad en ese tipo de decisiones?
A pesar de eso, Blue Jay se alza como una película querible, tierna, amena y muy recomendada. Sobre todo para aquellos que proyectan en el cine la idea de una química de pareja perfecta. En forma de romance agridulce.