Todo sobre el asado
Dirección: Gastón Duprat y Mariano Cohn. Sección: Noches especiales
Un film con el sello inconfundible Cohn-Duprat. Una costumbre tan argentina merecía un documental así. Narrado y desarrollado por el “Negro” Álvarez, “Todo sobre el asado” sigue a distintos personajes, costumbres y curiosidades sobre la comida más amada por los argentinos. Lo bueno del film es que más allá de enfocarse en una postura romántica de la carne asada, incluye miradas tan distintas y desopilante propias del universo que caracterizó siempre a los productores de “Televisión abierta” o “Cupido”.
Con muchas frases para la posteridad, el film recorre la metodología y las tradiciones de parrilleros históricos, clásicos, chantas, innovadores, machistas, conservadores, herejes, malos asadores y académicos que teorizan sobre algo tan nuestro que hace imposible no sentirse atraído por el film. Todo sobre el asado exhibe desde la explicación de los cortes de carne y los distintos festivales de asado en el interior del país, hasta el oportunismo de la gente alrededor de esa comida, como la de algunos políticos que buscan apropiarse de la capital de la tira de asado o la de algún educador que enseña a hacer asados “practica y teóricamente”. La conclusión es la de siempre: todos dicen tener la posta pero “son muy pocos los buenos asadores”. Imperdible.
Queda una función el
Hora – Día – Mes
Dirección: Diego Bliffeld.
De uno de los directores de “Línea de 4”, y con la producción de Cohn-Duprat, Hora-Día-Mes recorre la vida de Bernardo Talavera (Manuel Vicente), un trabajador de un garage a en la ciudad de Buenos Aires. El film, narrado maravillosamente por el escritor Marcelo Cohen, se encarga de hacer mágico lo cotidiano. A través de las relaciones con los clientes y la voz en off, conocemos obra, vida y pensamiento (sobre todo esto último) de una persona cuyas circunstancias en la vida no fueron del todo favorables (pero tampoco desfavorables) y como terminaron llevando a Nando, un amante de los autos, a trabajar en ese garaje.
La fotografía y la poesía del narrador le otorgan belleza al relato y llevan al film a momentos de gloria. Sin embargo, el recurso se agota a mediados del trabajo y termina siendo un poco tedioso sobre el final. Más allá de eso, la magia de lo común está bien fundamentada, las particularidades del personaje, de sus pasiones y de una vida que se encuentra atrapada en una rutina donde la costumbre, y también su falta de deseo, no le permiten salir. La reflexión final sobre el tiempo, el hombre y sus aconteceres es interesante para pensar y salir de la óptica lineal de la vida.
Lo bueno es que a pesar de ser un relato de la cotidianeidad, Nando no sólo queda retratado como el «hombre común», sino que en sus obsesiones con los autos y el clima, se permite huir de las convenciones por las noches, en esos escapes de lo políticamente correcto.
Por Germán Morales