En el marco del BAFICI 2015, vimos Prometo um dia deixar essa cidade (2014), película brasilera dirigida por Daniel Aragão que participó de la Competencia Oficial Internacional con este film que aborda temáticas muy actuales y profundas como el uso y abuso de drogas, la violencia familiar y cuestiones edíficas.
En diálogo con Proyector Fantasma, Daniel Aragão y Bianca Joy Porte, actriz principal del film, se explayaron sobre éstas y otras cuestiones como el escenario cinematográfico brasileño actual, la presnecia en festivales de cine, y más.
A continuación la entrevista completa:
Proyector Fantasma: Prometo um dia deixar essa cidade es tu segunda película, ¿Qué diferencias hubo con la primera producción?
Daniel Aragão: En la primera película estaba muy preocupado por mostrar porqué estaba haciendo cine, porque está muy banalizado filmar…En esta segunda película estaba preocupado e interesado por mostrar lo que quería exponer, pensando en la acción y la reacción.
PF: Teniendo en cuenta que este nuevo film ya pasó por varios festivales, como el de Río ¿Qué expectativas tenés con él?
DA: En cine no se puede tener expectativas para nada, porque puede ser que la película en Brasil llegue a tener 50 mil o 5 mil espectadores. La cantidad varía mucho. En festivales funciona de otra forma, si comienza en uno, va a seguir rotando en los otros. Siento que en los festivales se genera una red de contactos que una vez que comienza a circular, hace que la película se valorice de otra forma.
PF: Investigando un poco, leí que esta película está basada directa o indirectamente en un hecho familiar con un tío en los años setentas u ochentas, ¿cómo fue la decisión de llevar esto a la pantalla? ¿Cuál fue la recepción de tu familia?
DA: Cuando la película se proyectó en mi cuidad, Recife -donde también transcurre el film- y la vio la familia del lado materno que estaba implicada, se emocionaron mucho, incluso porque el trabajo tiene mucha libertad creativa y expresiva. No simplemente muestra la historia de ellos y el tema del uso de drogas , sino que es una película que también puede enganchar y cautivar al espectador.
PF: Con respecto a Recife, en la película se da una idea de lo que es la droga en la ciudad, pero ¿cómo pensas que es Recife en comparación con el resto de Brasil, en ese sentido?
DA: Es como cualquier otra ciudad en Brasil respecto a ese tema, pero en relación al sexismo o el machismo, ahí sí se da como en la película se refleja, en el vínculo del padre con la hija. Quise hacer un tratamiento especial en relación a ambos temas, tanto del consumo de drogas, más general o global, con el machismo y sexismo particular de Recife, y apuntaba a lograr plantearlo de una manera especial.
PF: Me imagino que también hubo un trabajo especial en ese sentido con Bianca Joy Porte, la actriz principal, porque su personaje tiene un tratamiento muy profundo y atraviesa situaciones extremas desde el principio.
DA: Ya en el inicio, cuando empecé a escribir el guión, quería focalizar en un protagonista con las modificaciones y las vivencias que va teniendo. Pensé en incluir un personaje femenino principal para expresar algo de lo que me generó mi madre como figura, cuando mi tío atravesó el problema de las drogas, entonces incluí a Bianca ya que así se permite trabajar más las emociones expresivas extremas, ell a puede llorar y gritar y eso está diciendo algo. Al mismo tiempo, el personaje masculino también permite emociones, pero de otra manera, más fuerte… Ambas cosas están intrincadas en el personaje de Joli.
PF: ¿Los dos actores del comienzo aceptaron a participar desde el comienzo o hubo algún impedimento?
DA: Siempre hubo discusión sobre los personajes en general, hasta que se terminaron de definir a la hora de filmar. No tanto con Bianca, que fue más tranquila porque ya presentó el personaje de forma extrema, y ella ya estaba preparada para lo que le tocaba interpretar, no hubo resistencia en relación a las escenas que realizó.
PF: ¿Cómo fue para vos la recepción del guión al principio? Una vez terminada la película, ¿Fue lo que esperabas?
Bianca Joy Porte: Con el libro quedé encantada, y enseguida dije “tengo que hacer esta película”. Porque también es un personaje atractivo para cualquier actor, al ser muy extremo, que pasa por muchas situaciones. Al momento de leer el guión, a medida que iba avanzando, ya me iban pasando cosas por la intensidad que tiene. Lo mismo sucede en la película que cumple con esa intensidad creciente. Pero al verla por primera vez, realmente fue difícil para mí porque aún tenía muy presente al personaje y al rodaje, y toda la intensidad que me provocó, y me tenía que despegar de las emociones, las angustias y los miedos. Sinceramente, la primera vez que vi la película terminada, me perturbó, porque aún no había generado esa distancia con la interpretación, que ahora si logré hacer.
PF: ¿Quisiera saber qué tiene que tener un proyecto audiovisual para que desees actuar en él?
BJP: Difícil la pregunta. Es una cuestión de feeling, muchas veces es por el guión que genera un deseo de querer participar y hacer el proyecto. Al mismo tiempo, no siempre surge la posibilidad y las condiciones de hacer lo que se quiere, entonces hay que trabajar en proyectos menores. Pero me considero una persona libre, con el impulso de hacer lo que deseo, entonces voy más por lo instintivo.
PF: ¿Cuánto tiempo llevó el proceso de filmación y finalización de la película?
DA: Comencé a escribir en enero, y en febrero del año siguiente el film ya estaba editado. Trece meses aproximadamente.
PF¿Cómo fue el proceso de distribución del film? En Argentina eso suele ser lo más difícil, ¿en Brasil también?
DA: Es complicado, de hecho para nosotros Argentina está bastante más avanzada en esa materia. La película se va a estrenar en octubre de este año en Brasil, pero tenemos que encontrar maneras de “engañar” al público porque tiene características fuertes que pueden generar mucho rechazo y eso puede producir que el público no tenga ganas de ir, pero hay que llevar a la gente a la sala en un primer momento. Una vez ahí, el film hará lo suyo porque tiene un cierto atractivo para conseguir público, cosas de tabloide, drogadicción y lo edípico. Pero son todas especulaciones por ahora…
PF: ¿Cuáles son tus expectativas con respecto al BAFICI como festival?
DA: Me gustó que haya estado en competencia internacional, sobre todo porque hacía dos o tres años que no había una película brasileña en competencia en BAFICI. Al mismo tiempo tuve buenos comentarios de los programadores y eso crea un ánimo o ambiente a la película. El BAFICI es un festival muy importante en América Latina, entonces eso ayuda a que la película circule.
PF: ¿Tenés planes a futuro, proyectos?
DA: Tengo un guión para una ficción, y estoy preparando un documental de Moacyr Santos, un músico brasileño no muy conocido, pero es tan bueno como varios de los que tenemos en Brasil. Es muy interesante por la temática que implica su vida y su música.
¿Qué tipo de cine argentino ves o te gusta?
Daniel: Me gusta todo lo que hace Lucrecia Martel. Me parece que en el cine argentino hay un público muy volcado al cine arte o cine de realizador, entonces me parece muy bueno, y me siento atraído por ese tipo de cine.
PF: Para finalizar ¿Cómo ven el presente y el futuro del cine brasileño en cuanto a la producción?
DA: En comparación con Brasil, Argentina está muy por arriba en términos de financiación, o más bien en la forma de conseguirla. También es un misterio para mí porque creo que en un tiempo seguramente no haya dinero para nadie, tanto en Brasil como en Argentina. Pero el talento lo tenemos, hay gente con buenas ideas y gente haciendo cine, pero el futuro por ahora es una incertidumbre.
BJP: Lo veo bien. Me considero actriz, no artista a nivel general, pero me comprometo con los proyectos. Por un lado, está eso, y por el otro también está la cuestión de mercado de saber adaptarse, y en ese adaptarse por momentos me interesa involucrarme y por momentos, no. Esto sucede según me guste la película o no. Muchas cosas están pasando en el cine brasilero, entonces tengo esperanzas, estoy interesada en seguir lo que sucede y dejar que fluyan las cosas.