Proyector Fantasma está cubriendo incansablemente el BAFICI, y aquí te acerca algunas de las críticas de lo que estuvimos viendo dentro de la Competencia Argentina del Festival.
Al momento de publicación de estas críticas, los Premios del BAFICI 2014, ya habían sido anunciados, y casualmente, las 3 películas de las que aquí hablamos, resultaron ganadoras en diversas categorías.
El escarabajo de Oro / Dir. Alejo Moguillansky y Fia/Stina Sandlund
Se trata de una historia muy rica, con muchos matices y reflexiones juntas, tantas veces difícil de unir en un trabajo. Esta vez se hizo con éxito y brinda un film tan divertido como interesante. Más allá de ser una referencia al mismo cine independiente y las coproducciones internacionales, los realizadores decidieron poner el cuerpo para este trabajo que trata de la ambición, el feminismo, el colonialismo, hasta el radicalismo de Leandro N. Alem, presentes y unidos en un universo que de entrada no tiene nada que ver, parecen unidos a la fuerza, pero queda verosímil al objetivo del film.
El actor Rafael Spregelburd (quien como la mayoría de los personajes, se interpreta a sí mismo) se entera por un historiador que hay un tesoro escondido en un salto de agua en Alem, Misiones, y le comenta a sus amigos para ir y repartirse todo el oro proveniente de un robo de la época de la colonia en Brasil. Para llegar allí, necesitan una excusa y deciden utilizar la película acerca de la feminista sueca Victoria Bennedictsson, por lo tanto cambian totalmente el argumento del film original, incluyendo a Leandro N. Alem con la justificación de también haberse suicidado por sus ideales.
La directora sueca (Fia Stina) lucha impotente contra el equipo de trabajo desde Nueva York, y no puede impedir que los realizadores se vayan a Misiones hacia la búsqueda del tesoro. En definitiva, el trabajo demuestra una lucha entre las producciones y la diferencia de pensamientos al momento de filmar, aunque esta vez en tono delirante y de sátira. Sin embargo, también termina mostrando la torpeza y la falta de sutileza de varios personajes que se creen en todo momento que están sacando ventaja del otro, cuando en realidad, a medida que los hechos se suceden, la historia duplica su apuesta y nos demuestra que aquel que parece que sacará la ventaja no está ni cerca de tener éxito en esa búsqueda. Todos los personajes se creen más vivos que los demás, pero en realidad nadie es lo suficientemente despierto como para superar al resto.
Una forma interesante de abordar la viveza criolla, con participación la voz en off de Victoria Bennedictson y Leandro N Alem, que un poco tiran la posta del trabajo en sí. Con buena música, atinada para los fines de la película, “El escarabajo de oro” es un film divertido, profundo y entretenido que tiene muy merecido su premio en la edición actual del BAFICI. Por Germán Morales
Historia del miedo/ Dir. Benjamin Naishtat
La propuesta de Benjamin Naishtat es interesantísima ya que a través de un estilo propio que se apoya más en la construcción y creación de climas angustiantes y perturbadores, que en los diálogos de los personajes protagónicos; logra transmitir un estado de incertidumbre cercana al terror, a la violencia presente y la percibida, y por sobre todo a las distancias abismales de clases sociales que caracterizan a la Argentina actual.
El film comienza con un helicóptero sobrevolando un sector del conurbano bonaerense, que nos anoticia de algunos problemas territoriales, quema de basura, y demás problemas que aquejan y afectan las cercanías de un barrio privado cerrado. Pilas de basura y comida en descomposición, además de personas «indeseables» que aparecen en lugares públicos, cortes de luz, y desapariciones bajo la lluvia, serán algunos de los elementos que Benjamin Naishtat utilizará para la construcción de un escenario donde la paranoia colectiva se acreciente, y donde el posible encuentro con lo real de estos temores, sea el mayor peligro.
Con elementos propios del cine cercanos al thriller psicológico y la experimentación con actores no-profesionales (en su mayoría), la ópera prima de este realizador resulta acertada durante la mayor parte del transcurso del largometraje, sin embargo, no termina de ubicarse dentro de ese género, ya que, en particular en los últimos 30 minutos, recurre a elementos que se alejan de esa lógica; y así, el relato u objetivo central, pierde solidez y se diluye. Más allá de eso, como primera experiencia (si bien Naishtat ya realizó dos cortos), esta película propone originalidad, y dota al BAFICI (y al cine argentino actual) de géneros no tan recurrentes ni utilizados, y esa apuesta es lo esencial. Por Marianela Santillán
Mientras estoy cantando / Dir. Julián Montero Ciancio
El documental “Mientras estoy cantando” trata un acercamiento a la vida de Juan María Pampín, un peluquero del barrio porteño de Almagro. El prejuicio cómodo del lector dirá, ¿Por qué tengo que ver la película que trata acerca de la vida de un peluquero de Almagro? Bueno, conforme vamos conociendo a Juan María vamos conociendo una persona divertida, un auténtico personaje porteño con un pensamiento tan profundo como amplio para llegar a cualquier espectador.
Se puede decir que el rock es parte de la vida de Juan María, por una cuestión lógica de género musical, pero es en el espíritu punk donde tiene más puntos de contacto. Porque se la sabe rebuscar y tiene su propio estudio con instrumentos caseros, con una forma de grabar donde conoce sus limitaciones y le da su estilo personal a los covers y cosas que hace. Todo eso remite a ese espíritu punk del “do it yourself” de hacer las cosas como uno puede y sabe. Aunque otros también lo llamarían viveza criolla.
Un documental narrado en base a diálogos junto al director y filmado en primer plano exclusivamente dentro de su peluquería “Cromo”, en todo momento el protagonista tiene a mano su guitarra para mostrarnos sus temas y su principal pasión que es la música, mientras alterna con sus reflexiones simples pero universales que van desde la vida cotidiana, su trabajo o el cine argentino. Una característica de aquellas personas que solemos denominar como “personaje” es que ganan más en la forma que tienen de contar y decir sus pensamientos o chistes que en lo que dicen en sí, el director supo tomar eso y editar a un personaje que si bien merece su película, está en la forma de abordarlo la principal virtud de “Mientras estoy cantando”. En la simpleza está lo que más llega y está película supo encontrar algo que cuesta demasiado. Por Germán Morales
Link a entrevista a Julián Montero Ciancio .