Sucedió hace ya veinte años, el 10 de marzo de 1997, cuando la cadena de televisión norteamericana The WB estrenó la serie llamada Buffy, la cazavampiros. Se trataba de una producción del género fantástico que marcaría a una generación de espectadores gracias a su inusual mixtura: las disyuntivas propias de la adolescencia y un inagotable folclore sobrenatural.
La serie Buffy la caza vampiros hizo de su creador, el escritor y director Joss Whedon (Firefly, Dollhouse, Avengers), un Dios viviente para todos los aficionados al género fantástico. Sin embargo, es menester mencionar que anteriormente al suceso de Buffy en la TV, Joss Whedon habría de pasar un vendaval de penurias cuando en 1992 Buffy la cazavampiros, fuese presentada como una fallida producción cinematográfica. En dicha ocasión se originó un importante conflicto de partes, dado que Whedon pretendía llevar adelante una historia de terror con impronta juvenil, y por el contrario, la realizadora Fran Rubel Kuzui (Telling Lies in America) cumplió los propósitos de los productores, concibiendo la versión cinematográfica de Buffy la cazavampiros (1992) como una comedia bastante ligera.
Reciclando los sucesos de aquella malograda producción de 1992, Joss Whedon, acompañado en labores creativas por Drew Goddard (Cabin in the Woods, Netflix´s Daredevil), hizo de la primera temporada de la serie Buffy la caza vampiros una suerte de secuela directa de la película, impulsando al estrellato -al menos en ese momento- a la joven actriz Sarah Michelle Gellar en el rol protagónico. El flechazo dio de lleno en el corazón de una generación de jóvenes y aficionados al género fantástico, convirtiendo a Gellar en la novia de américa en el prime time.
«En cada generación, habrá una elegida», rezaba el leitmotiv de la serie, y Buffy muy a su pesar había sido elegida como una heroína forzada a llevar el peso del mundo sobre sus hombros. Con siete temporadas desde 1997 a 2003 y la irreverencia de la adolescencia, Buffy resulto una producción televisiva que inmediatamente se alzó a la categoría de obra de culto.
BUFFY, O LOS DEMONIOS DE LA ADOLESCENCIA
Joss Whedon ha confesado que su timidez, la búsqueda de su identidad sexual y su afición por el cine y los comics le valieron ser tomado como objeto de bullying en la escuela secundaria, instancia que padeció como una pesadilla. Aquellas vivencias asociadas con la ansiedad adolescente resultaron brillantemente metaforizadas en una trama donde la secundaria de Sunnydale es el corazón del mal, la mismísima boca donde el infierno obtiene su energía.
Con Buffy la cazavampiros, Joss Whedon supo desarrollar de modo magistral la deconstrucción de los códigos del género fantástico y el terror, incluso invirtiendo varios clichés desde la premisa inicial de la serie: aquí no hay un héroe que salve a una damisela de un terrible peligro, sino que Joss Whedon hace de su rubia protagonista la heroína de turno al presentarla como depredadora y no como la presa.
Buffy, la caza vampiros supo ser para una generación, una producción de TV abanderada del género fantástico, del feminismo y una precursora de la diversidad sexual, presentando las idas y vueltas de la primera pareja queer juvenil de la TV.
EL HEROE COLECTIVO CONTRA LOS VAMPIROS
Buffy Summers ha sido uno de los más sólidos personajes que la televisión nos ha ofrecido en mucho tiempo, pero es su círculo de amigos el que consolida la figura rebelde, irónica y a veces contradictoria de la cazadora. La biblioteca de la preparatoria de Sunnydale es el centro de operaciones de Buffy y Giles (Anthony Stewart Head), quien detrás de la fachada de un pulcro bibliotecario, devela al tutor y guía de la cazadora respecto de las más inusuales amenazas sobrenaturales. Muchos de los “bichos raro” en la vida de la preparatoria/ escuela secundaria habrán de integrarse a la pequeña banda de Buffy, irónicamente llamada Scooby gang, en referencia al clásico y popular cartoon de Hanna-Barbera donde unos jovencitos y su perro resuelven ocurrentes entramados de misterio.
DATO: no es gratuita esta referencia a los cartoons de Scooby Doo, ya que años más tarde en la adaptación cinematográfica homónima que contó con la dirección de James Gunn (Guardianes de la galaxia), la propia Sarah Michelle Gellar oficio como co-protagonista interpretando a Daphne Blake.
Buffy la cazavampiros resultaba también una serie sobre la amistad y diversas odiseas juveniles en el ámbito escolar. El peso del variopinto entorno de amigos ponía de manifiesto una notoria diferenciación respecto de Buffy con las cazadoras que la precedieron en su misión, aquellas que abordaron un trágico y solitario camino en virtud de cumplir con su destino.
Entre los amigos de Buffy destacaba Willow, interpretada por Alyson Hannigan (How i meet your mother ), una tímida jovencita en busca de su identidad, aficionada a los mitos y la práctica de artes oscuras. Willow encontraría su identidad sexual junto a Tara ( Amber Benson ), proclamando la diversidad y derechos de la comunidad LGBT desde una popular serie de TV a mediados de la década de los noventa.
La impronta heroica y la torpeza juvenil recaían en Xander (Nicholas Brendon), ese buen chico al que Buffy sólo podía ver como un amigo. En tanto Cordelia (Charisma Carpenter ), si bien mantenía una tensa afinidad con Buffy, oficiaba como la chica popular de la preparatoria cansada de verse involucrada en inexplicables persecuciones con seres sobrenaturales.
Años antes de adquirir popularidad como un referente cultural del mundo geek en Hollywood, Seth Green se unía a la continuidad de la serie interpretando al personaje de Oz, un tímido jovencito que aportaría su experiencia como hombre-lobo a tan distintivo grupo de aficionados a las amenazas sobrenaturales.
A PROPÓSITO DEL AMOR…
Nuestra heroína, Buffy Summers, más allá de cargar con la responsabilidad ancestral de proteger a la humanidad, también representa el arquetipo de los adolescentes, aprendiendo y desarrollándose mediante sus diferentes relaciones desde la juventud a la edad adulta, entre la euforia y la melancolía.
Buffy la cazavampiros explora la propia naturaleza sexual del personaje, evidenciando un vendaval hormonal en conflicto y permanente evolución durante siete temporadas. Sera con Ángel, interpretado por David Boreanaz (Bones), que la jovencita se entregue al más noble y trasparente idilio del primer amor. La relación de Ángel y Buffy habría de adquirir una impronta dramática, propia de los grandes amores absolutos y contrariados, debido a la maldición del vampiro con alma y su trágico devenir.
Con la incursión de Buffy en la vida universitaria, la muchacha se debatiría entre una relación madura, segura y confiable con su compañero Riley (Marc Blucas), aunque sintiese el vértigo de apostar por un tórrido vínculo –casi- sadomasoquista con el vampiro Spike (James Marsters), revelando una intensa oscuridad en Buffy y un punto de quiebre en lo profundo de Spike.
A lo largo de sus siete temporadas Joss Whedon concreto con Buffy, la cazavampiros una obra que destaca como el camino del (anti)héroe, instancia que marcó a toda una generación de jóvenes y púberes al reflexionar acerca de una amplia gama de grises lejos de las absolutas posturas maniqueas.
Sin duda alguna Buffy, la cazavampiros resultó una serie que veinte años después no ha envejecido tan mal, una producción contemporánea a la que vimos adquirir su condición de serie de culto por excelencia.
Por Javier Califano