En el marco de la 16° edición del Festival Buenos Aires Rojo Sangre, pudimos ver She´s furious (Furieuse), producción canadiense, dirigida por Juan José Cea Escobar.
She’s furious ocurre en Motreal, Canadá, y si bien comienza de manera confusa, luego de unos minutos, conocemos a Nathalie (Jeanne Heckmann-Adam) una bella y tímida joven de 26 años que trabaja en un autoservicio, y lleva una vida monótona. Todo esto cambia el día de cumpleaños de su abuelo materno -la figura más importante en la vida de esta joven-, cuando éste muere al intentar evitar que un ladrón, que es miembro de una banda de robo organizada, robe la bicicleta de su nieta.
A partir de ese momento, la vida y la actitud pasiva de Nat frente al mundo, cambia bruscamente, ya que comienza a perseguir y asesinar a cada uno de esos ladronzuelos, mientras que su sed de venganza no hace más que aumentar. Lo peculiar es que esta joven, al momento del encuentro con sus víctimas, utiliza sólo navajas y cuchillos de cocina, y además, viste un disfraz de payasita sexy-traviesa muy Harley Quinn style. Ante esta actitud vengativa, la sociedad se divide entre los que apoyan a Furious (ya que logra bajar el índice delictivo), y la policía que va tras ella para encarcelarla.
She´s furious resulta una película divertida, pero bastante lejana al supuesto terro -kitsch- que plantea. Sin embargo es interesante ver el avance que esta anti-heroína va realizando a lo largo del film, que roza lo bizarro más de una vez.