Reseña de la BSO de “Los Cuadros al Sol” (2014) de Arián Frank
Los Cuadros al Sol (2014) de Arián Frank es un documental que paralelamente a la interesante historia que narra sobre Salinas Grandes -una colonia construida y devastada por una empresa que explotó el salar durante una buena parte del S. XX- muestra un gran peso sobre la cuestión estética.
En este trabajo podemos observar una buena propuesta en la manera de organizar los sub-ejes temáticos sobre los cuales se desarrolla el documental y una interesante intención y construcción estética que se logra a través de la unión entre las imágenes, los relatos, los ambientes sonoros y la música. En su conjunto, estos elementos logran transportarnos a paisajes abiertos y a emociones profundas basadas en las vivencias de los ex habitantes y trabajadores de Salinas Grandes.
La Banda Sonora Original de este documental, compuesta por Joaquín Rajadel, complementa de manera excelente las imágenes y ayuda a reflejar las emociones que transmite el relato y los paisajes desolados de la colonia ya abandonada.
Toda la música está compuesta para guitarra criolla e interpretada el propio compositor. En general, se percibe una interesante búsqueda y cuidado en la armonía. Algunas obras se sostienen en gran parte por una sucesión armónica que busca reflejar lo que vemos en las imágenes. Escuchamos -también en niveles generales-, una banda sonora sin abruptos contrastes en cuanto a matices, que transmite -por momentos- cierta calma y desolación. Una búsqueda contemplativa y nostálgica.
En ningún momento la música pretende sobreponerse en un primer plano con respecto a las imágenes, sino complementarlas y ayudar a la fluidez de la narración acentuando sus aspectos estéticos y sentimentales.
Existe también en este audiovisual una correcta utilización del silencio como recurso para algunas situaciones en particular, en las que se busca resaltar el abandono y el sentimiento que produce regresar a un lugar en donde se vivió mucho y ya no queda nada. Notamos esto -por ejemplo-, en algunos planos generales en los que observamos lo que queda de la salina o en escenas con algún ex habitante que regresa al lugar donde vivió durante muchos años. Allí se optó por un sonido ambiente muy tenue.
Joaquín Rajadel ha realizado un buen trabajo musical que ayuda a sostener la narración y a lograr los climas buscados en el conjunto del audiovisual. Un complemento que junto a las imágenes y la narración -además del buen trabajo de fotografía y de sonido- logra transportarnos con las historias y los paisajes.