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    Categorías: Soundtracks

Viernes de OST: «Belleza Americana» (1999) de Sam Mendes

Análisis de la banda sonora de Belleza Americana (1999) de Sam Mendes

“¿Recuerdan los carteles que decían: “Hoy es el primer día del resto de tu vida”? Pues eso es verdad todos los días. Excepto uno: el día en que mueres.”

   El siglo XX se llevó una increíble despedida cinematográfica con “American Beauty” (1999). Muchos cinéfilos, amantes de la filosofía, guionistas, técnicos de cine -y un gran etcétera- encontramos en esta película un gran tesoro que guardamos como referente. Dirigida por el cineasta ingles Samuel Alexander “Sam” Mendes y escrita por Alan Ball, este film logra describir una sociedad llena de falsedades, apariencias, frustraciones, rutinas sin sentido e hipocresía. Logra mostrarnos el claro resultado del fracaso del “sueño americano” -y del sistema occidental contemporáneo-.

   La banda sonora de “Belleza Americana” estuvo a cargo del gran compositor Thomas Newman, miembro de una de las más conocidas familias de compositores de música para cine en Hollywood. El trabajo en la realización del score es excelente, hay una exquisita precisión de la música, no sólo en sincronización a las imágenes, sino también a los diálogos y a las voces en off. Esta música fue nominada como “Mejor Banda Sonora” en los Premios Oscar, Globo de Oro y ganó el premio BAFTA.

   Toda la música se encuentra en una simbiosis perfecta con las imágenes, el montaje, los momentos clímax y todos los demás aspectos sonoros que incluyen a los diálogos, sonidos ambientes y voces en off. La historia, los personajes y las situaciones están talentosamente llevadas a la música.

1 – Dead Already
2 – Arose
3 – Power Of Denial
4 – Lunch W / The King
5 – Mental Boy
6 – Mr.Smarty – Man
7 – Root Beer
8 – American Beauty
9 – Bloodless Freak
10 – Choking The Bishop
11 – Weirdest Home Videos
12 – Structure & Discipline
13 – Spartanette
14 – Angela Undress
15 – Marine
16 – Walk Home
17 – Blood Red
18 – Any Other Name
19 – Still Dead

   Newman se destaca por poseer un estilo particular en sus composiciones, arreglos y orquestaciones. En este soundtrack respeta esta marca personal, sin embargo opta por no utilizar un formato típico de orquesta. Realiza composiciones y arreglos para instrumentos exóticos que logran, junto a las imágenes, una dimensión muy particular. Se utilizan instrumentos de cuerda como banjos, ukeleles, mandolinas, guitarras eléctricas y acústicas.

   En las primeras tomas del film escuchamos un monologo en off, acompañado de manera perfecta con la música, en esta primera pieza musical que escuchamos -“Dead Already”- podemos distinguir el uso de varios instrumentos exóticos de percusión y membranófonos como el Tam-Tam (el que le da continuidad al ritmo); la melodía principal es llevada por una especie de xilófono.

   Desde el primer momento el film nos sumerge en la historia a través de las imágenes, la música y la voz en Off – un recurso de fundamental importancia que encontramos a lo largo de toda la película-.

   Newman sabe captar qué música e instrumentación se debe utilizar en cada momento. Durante la escena de la primera ensoñación erótico-festiva de Lester -tras conocer a Ángela en el partido de basquetbol-, escuchamos “Arose” (2° track del disco) en donde observamos sonoridades muy extrañas y un particular tintineo metálico -triángulos- estas sonoridades y timbres se repetirán a modo de leitmotiv cada vez que veamos una escena referida a las fantasías de Lester con Ángela. Algo particular sucede cuando estas fantasías están a punto de convertirse en realidad, los extraños y oníricos efectos sonoros de Newman son sustituidos por una muy linda canción de Annie Lennox que nos indica que hemos salido de este mundo onírico y entrado en la realidad, en la cual Ángela cae seducida a los brazos de Lester.

   Otro gran momento de la historia es la escena en donde vemos desde un plano lejano, el inicio de la relación entre los dos vecinos adolescentes, plano que nos muestra a los dos chicos, la hilera de arboles del barrio en donde viven y un coche fúnebre. Durante esta escena escuchamos el corte “Walk Home” (track n° 16) que nos sumerge en una atmósfera de paz y quietud. Aquí la música cumple un papel fundamental, sin ella y sin la gran maestría de Newman para generar introspección y sentimientos adecuados a las imágenes que vemos, esta escena no tendría la gran carga emocional que tiene. A través de su instrumento de preferencia: el piano, podemos sentir lo que los personajes sienten en ese momento.

   Además de la música incidental de Newman, el director seleccionó e incluyó en la película canciones populares de artistas y bandas como The Who, Bob Dylan, The Guess, Bill Withers y la versión de “Because” de los Beatles interpretada por Elliott Smith. Estas canciones se utilizan en momentos particulares donde la música incidental no hubiera funcionado, por ejemplo, la secuencia en la cual Lester se enoja en la cena, ante esta expresión de furia y rabia, la música incidental podría haber sido insuficiente, en cambio la música diegética que escuchamos en esta escena logra un contrapunto irónico y cómico con la crudeza de la situación.

   Las sonoridades y texturas instrumentales utilizadas por Newman se integran de manera perfecta con las canciones seleccionadas por Sam Mendes y no interfieren en ningún momento con la construcción dramática de la historia.

   La música encaja a la perfección con cada una de las imágenes que acompaña, quizá “American Beauty” sea uno de los mejores trabajos de Thomas Newman. Logró plasmar un profundo y genuino estilo propio que fluye con una intensa historia, cuyo propósito fue exhibir una realidad social contemporánea. Una historia pesimista pero a la vez llena de esperanza, un canto a la vida y a la belleza humana que se transforma en una filosofía, una forma de ver el mundo.

Monólogo final

«Siempre había oído que tu vida entera pasa en frente de tus ojos un segundo antes de que mueras. Primero que nada, ese segundo no es un segundo de verdad, se alarga para siempre, como un océano de tiempo. Para mí, era estar recostado boca arriba en el campamento de Boys Scouts, viendo las estrellas caer. Y las hojas amarillas de los árboles de maple que recubrían nuestra calle. O las manos de mi abuela, y la forma en que su piel se me parecía al papel…
Creo que podría estar muy enojado con lo que me pasó, pero cuesta cuando hay tanta belleza en el mundo. A veces siento como si la viera toda a la vez y es demasiado. Mi corazón se llena como un globo que está a punto de estallar… Y entonces recuerdo que tengo que relajarme y no intentar aferrarme a ella, y entonces fluye a través de mí como la lluvia y no puedo dejar de sentir gratitud por cada simple momento de mi estúpida y pequeña vida… No tienes idea de lo que estoy hablando. Pero no te preocupes… algún día la tendrás”
Gaston Pereyra: Colaborador en la sección Soundtracks. Estudia Licenciatura en Composición Musical con Orientación en Música Popular de la UNVM.
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