Análisis del soundtrack de «Interstellar» (2014) de Christopher Nolan
“No estamos destinados a salvar el planeta, estamos destinados a abandonarlo…
La humanidad nació en la Tierra pero su destino no es morir aquí”
Al comenzar, la película nos sitúa en un futuro -no sé cuan lejano- en donde la humanidad sufre la escasez de alimentos, lo que provoca que gran parte de la población vuelva a la agricultura. Cooper es un ex piloto de la NASA que ahora trabaja en su granja, allí descubre en la habitación de su hija una “anomalía gravitacional”. Tras descifrar el código binario que esta produce, obtiene las coordenadas que lo conducirán a tener que tomar la decisión de embarcarse nuevamente en una nave espacial en la búsqueda de otro planeta habitable para la humanidad. La experiencia de Cooper como piloto será requerida para esta misión y él deberá decidir si es capaz de abandonar a su familia en pos de salvar a la raza humana.
La premisa “Interstellar” (2014) puede tornarse inverosímil, lo que no quita la posibilidad de que todos los recursos del cine contemporáneo, sumado a la genialidad de su director Christopher Nolan logren anular esta afirmación. Esta película narra una inteligente historia épica que nos hace pensar en cuales son los aspectos que nos definen como humanos.
Uno de los recursos fundamentales que hacen que nos sumerjamos en esta grandiosa historia de ciencia ficción es la música y el diseño sonoro del film. La banda sonora estuvo a cargo del Músico alemán “Hans Zimmer”, uno de los compositores más sobresalientes de la industria Hollywoodense y reconocido masivamente por su trabajo en “El rey león” (1995).
A diferencia de la mayoría de los trabajos de Zimmer, en donde la música -muchas veces- toma un primer plano; en esta banda sonora acompaña de una manera muy interesante a la historia sin tomar protagonismo ante las imágenes. La música se pone estrictamente a disposición de la narrativa y de lo visual.
Este soundtrack en general propone una atmósfera sobria e íntima basándose en conceptos como -por ejemplo- el abandono de un padre a su hijo, la soledad y la esencia humana entre otras cosas. También en otras partes la música ayuda excelentemente a la magnificencia y espectacularidad de las escenas.
Dentro de las obras escuchamos un órgano, decisión que llevó a una gran polémica ante los críticos de cine; pero Zimmer tuvo muy en claro el sentido de cada timbre la banda sonora. La elección de un órgano tiene un concepto muy profundo, ya que este instrumento fue -durante mucho tiempo- el invento más complejo creado por el ser humano. Además de ser una clara analogía científica con las naves espaciales actuales, Zimmer explica que “físicamente, los tubos vienen a ser los estanques de bencina, y el sonido que sale de cada uno es el limitado aliento que tiene un astronauta”.
Track List:
- «Dreaming of the Crash»
- «Cornfield Chase»
- «Dust»
- «Day One»
- “Stay”
- «Message from Home»
- «The Wormhole»
- «Mountains»
- «Afraid of Time»
- «A Place Among the Stars»
- «Running Out»
- «I’m Going Home»
- «Coward»
- «Detach»
- «S.T.A.Y.»
- «Where We’re Going»
En definitiva, se trata de un muy interesante soundtrack con mucha identidad y particularidades. Dentro de él podemos evaluar dos caras: El trabajo de la música en conjunto con las imágenes y por otro lado, el álbum que compila solamente el audio de dichas obras, en el cual podemos apreciar que los temas por si solos carecen del gran impacto que generan en conjunto con el resto de los recursos cinematográficos.