Enter The Void (2009) -en español, Entrar al Vacío – es un film francés dirigido por Gaspar Noé. Este director Argentino, radicado en Francia, no da lugar a un público que se mantenga indiferente al ver sus películas, solo hay quienes la repudian totalmente y aquellos fascinados adeptos como quien escribe.
Con la presentación de los créditos, al comienzo del film podemos pre-visualizar lo que vendrá. Se trata de una frenética y sobrecargada sucesión de títulos con diferentes colores y fuentes que avanzan a gran velocidad acompañados de una violenta y casi caótica música electrónica con las mismas características.
El soundtrack está a cargo de Thomas Bangalter, el miembro de Daft Punk que ya ha tenido experiencia trabajado en la música de otra gran película de este director: Irreversible (2002). Podríamos decir que en muchos aspectos la banda sonora logra ser un tanto experimental y nos sumerge -junto a las imágenes y el resto del sonido- en una atmósfera caótica y psicodélica. Posee muchos momentos oníricos que acompañan a las imágenes, comportándose de la misma manera.
Casi toda la música parte desde lo electrónico, en algunas ocasiones escuchamos una armónica de vidrio, pero es el único instrumento acústico que oímos sin modificaciones sonoras. Todos los temas poseen un gran trabajo desde la postproducción que disfrutamos enormemente cuando percibimos la música -junto a las imágenes y al resto de los sonidos- de acuerdo al estado del personaje que la imagen nos muestra. Podemos pasar de una escucha nítida y clara hasta otra muy distorsionada y perturbadora.
El diseño sonoro es fascinante, en ningún momento deja de sorprendernos. En las escenas más psicodélicas escuchamos las voces procesadas con efectos o con delay. Hay un excelente manejo del sonido y de la música cuando alguna escena nos traslada de un espacio interior a uno exterior o viceversa.
Hablando de esto, no podemos dejar de lado la utilización de notas pedales que se confunden con el diseño del “sonido ambiente” en cada lugar. Los increíbles planos secuencian que van desde los paisajes sumamente silenciosos a las ciudades más ruidosas, desde interiores a exteriores, desde la vida a la muerte, están unidos con este valioso y explotado recurso.