Los buenos guiones generalmente tienen un título que no fue elegido por descarte o de manera azarosa. Este es el caso de GLOW (Gorgeous Ladies of Wrestling) que podríamos traducir como “BRILLO”.
Se trata de la historia de Ruth, (una espléndida Alison Brie) actriz fracasada y sin trabajo que cansada de deambular por audiciones sin ningún resultado, termina cayendo en el casting de un nuevo programa de televisión del que nada se sabe. Estamos en los años ochenta y el Wrestling (aquello que en nuestro hemisferio nos suena más al clásico “Titanes en el Ring” o al nuevo clásico de “100% Lucha”) es muy popular. La novedad pasa por hacer un programa de catch en el que las combatientes sean mujeres.
Nos encontramos entonces, con la construcción episodio a episodio de este nuevo programa de televisión, mientras nos vemos avasallados por un Tsunami de nostalgia ochentosa. Todo en una cinematografía que parece haber salido de un VHS de la época grabado en mala calidad, con la musicalización de estridente pop que acompaña cada emisión, en la estética que explota las aristas de la época apoyada en su ambientación en los Ángeles, y en los chistes y referencias continuas a la cultura ochentosa de los que está plagado el argumento.
Pero debajo de toda esa empalagosa nostalgia -y es de resaltar que tal cantidad desenfrenada resulta empalagosa al menos para los que no sentimos nostalgia por esa época- existe una muy buena historia de compañerismo y búsqueda del estrellato en un medio (y en verdad en un mundo) machista. Todo acompañado por suerte, por situaciones humorísticas y muy buenos chistes.
Es que además de una muy destacable Alison Brie (genia en todo lo que hace pero al fin con un rol protagónico de la actriz que se suele recordar por sus papeles en Mad Men, Community y como la voz de Diane, en Bojack Horseman) que sirve de eje en la serie, nos encontramos con un grupo entrañable de mujeres cada una con características muy particulares, memorables y que conforman un muy interesante equipo. Ahora bien, además de Alison, cabe destacar a un genial Marc Maron. Marc es Sam, un director de cine clase B (¿o clase Z?) caído en desgracia que sin ningún interés en el proyecto lo lleva adelante para poder financiar su nueva película. Se trata de un ser bastante desagradable que termina resultando bastante paternalista para con el grupo y finalmente concretando una gran química con Ruth. Siendo un personaje secundario, podríamos decir que es el otro gran protagonista de la serie.
Glow es un proyecto en el cual la novedad es ver a mujeres practicando un “deporte” de hombres. El grupo está conformado por chicas provenientes de lugares muy diversos que terminan conformando un entrañable conjunto, a veces disfuncional. Muchas de ellas caídas en desgracia y sin mucha razón de ser como para estar en el equipo, sino más bien tratando de encontrar su lugar en el mundo. En este contexto, lideradas por un hombre desagradable que no quiere estar ahí y que las desprecia pero que en el fondo es una buena persona y termina teniendo con ellas un rol de índole paternalista. Todo este repaso es para señalar como la serie recuerda a la película A League of Their Own (1992) y como la química existente entre Alison Brie y Marc Maron resulta muy similar a la que en aquella película sobre mujeres beisbolistas, mantenían Geena Davis y Tom Hanks.
GLOW es una historia sobre brillar. Sobre brillar como para consagrarse, pudiendo salir finalmente de la opacidad propuesta por una industria (e insistimos, un mundo) machista que le otorga roles a las mujeres solo como acompañantes de los hombres y sino es así, excluyéndolas por completo. En este contexto buscar un rol protagónico resulta clave, aunque se termine cayendo en un bizarro programa de catch. Que por suerte termina interpretándose como lo que realmente es: “una telenovela”. Con argumentos absurdos, trajes estridentes y piñas y patadas. Lo que se dice, una telenovela con todas las letras.
Por Lautaro Olivera