«Babylon» (10X05):
La incertidumbre del final
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El rumbo que ha tomado The X-Files en esta décima temporada es poco menos que discutible, salvando algunas honrosas excepciones. Pocos fueron los momentos hasta ahora que pudieron hacer justicia a las intrincadas historias de conspiraciones y abominables monstruos suburbanos, entre tanta mecha autorreferencial. Y a pesar de los guiños, siempre bienvenidos, a la extensa cronología de la serie, capítulos como “Babylon” no hacen más que dejarnos con sabor a poco.
El episodio comienza con la ejecución de un atentado terrorista en una galería de arte en el estado de Texas. Desde la preparación mental de los dos terroristas musulmanes pidiendo a dios el valor necesario para inmolarse, hasta el pánico de las víctimas corriendo en llamas después de la explosión. Una representación cruda y perturbadora que nos predispone a pensar que el tono elegido para el capítulo es mucho más serio de lo que se vino viendo últimamente. Y es que si algo se sabe de Estados Unidos, es que con el terrorismo no se anda con vueltas.
Sin embargo todo el dramatismo mostrado al principio queda en segundo plano cuando aparecen en escena los agentes Miller y Einstein, una suerte de versiones jóvenes de Mulder y Scully, con el claro y único objetivo de generar complicidad con el espectador a base de la obvia comparación con los protagonistas. Aparentemente uno de los terroristas sobrevivió a la explosión y los nóveles investigadores pretenden que nuestros héroes les ayuden a comunicarse con él pero el problema es que está en estado vegetativo.
Es así que mientras Scully plantea la posibilidad de monitorear la actividad cerebral del paciente ante preguntas directas sobre la ubicación del resto de los extremistas, Mulder prefiere tomar unos hongos alucinógenos con la intención de introducirse en la mente del suicida. Lo que resulta en una de las secuencias más delirantes que se pudo haber visto en la serie, con Mulder bailando música country mientras el director adjunto Skinner y Los Pistoleros Solitarios (lamentable regreso para estos emblemáticos personajes) lo arengan entre la multitud de un bar, sumado al segundo cameo de William B. Davis como El Fumador en esta temporada para aportar más irrealidad a esta psicodelia.
Eventualmente el caso se resuelve simbólicamente, pero llegamos a un punto en donde la serie ya no se toma en serio a sí misma. Es difícil imaginar de qué manera se pudo dejar pasar la oportunidad de profundizar tópicos como el trasfondo político detrás de estos atentados – algo insinuado en el primer capítulo del revival – o en todo caso la reflexión de Mulder y Scully frente a casos como este. En cambio tenemos otra parodia de lo que todo fanático de Los Expedientes X desearía ver en realidad: Misterio y suspenso sustentados en la inigualable química de los personajes principales.
La utilización de recursos cómicos para aliviar el drama nunca está mal si se utiliza en dosis adecuadas. Porque a diferencia de “Mulder and Scully meet the were-monster” (el mejor de los cinco emitidos), que desde un principio se presenta como un episodio totalmente paródico, comenzar mostrando las víctimas ensangrentadas después de una explosión no es la mejor antesala para satirizar (una vez más) la mecánica de la serie y sus personajes.
Es lamentable ver como Chris Carter sigue escribiendo historias al servicio de las autorreferencias y no viceversa, como debería ser en realidad. Porque por detrás de la banalización del terrorismo que finalmente se vio reflejada durante el capítulo, hay una buena premisa e ideas interesantes para analizar el poder de la palabra y el papel del fanatismo religioso en estos casos.
Si hasta se tiene la consideración de desestigmatizar al Islam, teniendo todas las herramientas para demonizarlo con la guerra en medio oriente. Algo que no se ve muy seguido en una serie estadounidense.
Desafortunadamente “Babylon” reúne gran parte de los errores que viene acarreando este reboot. Si anteriormente mencioné las ideas desaprovechadas y la falta de tiempo para desarrollarlas, ahora se suma la inconsistencia de no saber qué tipo de historia se quiere contar ¿Es una parodia? ¿Es un análisis de la situación política en oriente medio? ¿Es un debate sobre la fe y el poder de la palabra? Es todo eso junto, pero sin ningún tipo de separación.
El 22 de Febrero se emite el sexto y último capítulo del tan ansiado regreso de The X-Files y no existe ninguna certeza de lo que pueda suceder. Algo que normalmente era fantástico durante las viejas temporadas de la serie, significa que cada vez hay menos posibilidades de que volvamos a ver a Mulder y Scully como antes.
La verdad sigue estando allí afuera.
La temporada 10 de The X-Files se emite los Lunes a las 23hs por Fox, con una repetición los Martes a las 22hs.
Por Nicolás Feldmann