¿Qué es real? ¿Qué no lo es? Dudé mucho a la hora de redactar este artículo porque no supe si podía estar a la altura de describir a una serie tan variopinta. ¿He entendido todo? No, para nada. Incluso puedo admitir que se me han pasado muchas cosas. Lo que es cierto, siendo un mar de dudas, es que casi sin darme cuenta he conectado con la problemática de David Haller, demostración de que esa atmósfera envolvente de Legion, la serie de FX, ha cumplido con su cometido.
¿Qué es real, que no?
La era dorada de las series se permite el lujo de jugar y conjugar, elementos diversos en este cóctel. Por un lado el atractivo que siempre tuvieron, sobre todo en la actualidad, los superhéroes. Por otro lado, un surrealismo que no teme tornarse descabellado, exigiéndole más atención al espectador, acostumbrado también en este mundillo superheroico, a tener que lidiar con tramas mucho más sencillas. Entonces terminamos encontrándonos con David Haller (aka Legion) un tipo con superpoderes capaz de hacer prácticamente todo, pero con la estabilidad mental de una hoja en otoño. Toda la temporada transcurre en una suerte de escurridiza línea serpentina en donde no terminamos de saber con claridad, cuáles sucesos transcurren en nuestro mundo real y que cosas pertenecen a la perturbada mente de David. Entonces tenemos: un superhéroe con un poder tan inconmensurable, que se hace indescriptible. Y una mente tan inestable que hace cortocircuito y tiñe todo de un confuso y desconcertante color. Esta combinación agota, despista, liquida al espectador. Y también, resulta fascinante.
A cada loco, le llega el amor
A cada loco le llega el amor y con él, un poco de estabilidad mental. ¿No es así como regresamos a nosotros mismos, con el amor? ¿Con la motivación de hacer por el otro?. En este punto es que la entrañable relación entre David -un magnífico Dan Stevens, quien en los recientes días estuvo obteniendo fama mundial al interpretar, maquillaje y CGI mediante, a Bestia de “La Bella Y La Bestia”- y Syd (interpretada por Rachel Keller de muy destacado papel en la autoconclusiva segunda temporada de Fargo, una de las mejores miniseries de la década) trae calma a la chalada mente de este hombre. Y es que acá encontramos un rasgo de humanidad en medio de tanta locura. La relación entre ellos es tan hermosa como idílica: por sus dones mutantes, la piel de Syd no puede ser tocada por ninguna otra persona sin que se produzcan grandes problemas.
“Soy un mutante”
Ok, David no es un superhéroe. No tiene un traje estrambótico, intenciones altruistas de hacer el mundo un lugar mejor y mucho menos ganas de salir a abofetear carteristas y ladrones de bancos. Pero sí, no teme usar sus poderes a la hora de defenderse de sus agresores circunstanciales. Básicamente, de gente que quiere hacerse de su inmenso poder. Por acá pasa el sentido de acción y de aventura de la serie y si se quiere, la faceta superheroica. Pero Legion es un mutante y en este contexto está enmarcado en un mundo lleno de mutantes. Es decir, tiene una tibia, poco nombrada y complicada relación con el resto, compartiendo universo con los personajes y hechos implicados en las películas de X-Men. Por otra parte, cabe recordar que el personaje está basado en un comic. Y si bien la historia en detalle pasa por alto algunas de las características de la versión original del personaje (en la historieta es un adolescente con un corte de pelo inolvidable, mientras que acá es un treintañero de apariencia no tan llamativa, por ejemplo), asimismo sabe captar muy bien su esencia. Y esa esencia es la de mostrarnos una historia totalmente sumergida en los pinceles del surrealismo.
Surrealismo en estado puro
Si Legión es una propuesta novedosa, rupturista y distinta a todo, es por su narrativa e intencionalidad surrealistas. Todo lo demás en comparación, es irrelevante. Es en su osada narrativa, falta de miedos y prejuicios, y espíritu lúdico, el lugar donde la serie hace la diferencia. El todo es muy difícil de describir, desde ya. El Aleph es “de casi intolerable fulgor” decía Borges. Así que la locura y las dudas empiezan acá. ¿Que es real y que no?. La narrativa nos ofrece una fotografía que convierte por completo escenarios sólo con girar un poco la cámara o agregar elementos y, es por momentos un homenaje a la historia del cine que en determinada situación puede llegar a sincerarse contando una escena como si fuera un clásico del cine mudo, por ejemplo. Bebiendo el néctar de todos los géneros cinematográficos clásicos para construir una especie de bricolage o mosaico que se entiende o deja de entender según el punto desde donde se mire, Legion si bien es confusa, nunca se torna densa. Es decir, si bien ambiciosa y vuela cabezas, nunca se hace lenta o aburrida, logrando mantenerse indemne ante eso, que parecería ser su desafío más difícil. Su lúdica osadía por otra parte, le agrega una cuota de humor que oxigena y hace que todo fluya con mucha mas naturalidad, enhorabuena.
Siempre amé tu locura
Con una trama tan confusa como fascinante, Legion es una serie rupturista que distinta a todo lo que hemos visto en lo que respecta a términos superheroicos, se consagra por completo. Creada por el demente Noah Hawley (a quien le agradecemos las temporadas de la excelente Fargo) y protagonizada por un carismático y muy querible Dan Stevens, es todo un acierto. Fundamentalmente por llevar a cabo una narrativa osada y divertida con intencionalidad puramente lúdica que llama la atención y la mantiene ahí, como para entretener mientras va liquidando la mente del espectador. Con una atmósfera envolvente logra involucrar a la audiencia logrando que esta empatice y se involucre con la confusión de David confundiéndose también y empezando a no entender donde está la locura y donde, la realidad. Entendiendo un poco más al personaje. Y en suma que la locura, es solo una cuestión de perspectiva.