X

Reseña: Goliath (2016-)

Las grandes fabulas nunca cesan de reescribirse. En diferentes tipos y formas siempre vuelven con aires renovados, para sacarnos del letargo. Enseñarnos ciertas cosas. Recordarnos ciertas cosas.

¿Qué fabula les viene a la cabeza cuando leen acerca de un título como “Goliath”? Sí, la bíblica “David y Goliath” o la historia de cómo un alfeñique, con pobres armas, logra vencer con astucia, a un estremecedor gigante de casi tres metros de altura.

Pero, ¿qué sucede si las fabulas toman diversas formas nuevas a lo largo del tiempo? En esta serie Goliath pasará a tomar la forma de un bufete de abogados. Multinacional, multimillonario, estéticamente oscuro, corrupto, arreglado con aseguradoras de riesgo, jueces, fuerzas policiales y empresas multinacionales aún más millonarias. Todo un inconmensurable poder que va a utilizar para encubrir el caso de un accidente de trabajo que desembocó en una trágica y evitable muerte.

David, por su parte, será Billy Mc Bryde. Un abogado desplazado de esta gran empresa, que se caracteriza por ser disfuncional, alcohólico, depresivo, autodestructivo y caracterizado por llevar un precario estilo de vida. Para enfrentar el desafío, usará de honda a un equipo de trabajo aún más disfuncional y berreta que él, cargándola con la piedra de su genialidad para intentar asestarle con quirúrgica precisión al atemorizante gigante.

¿Genialidad? Claro, el tipo es un desastre que solo sirve para algo: ejercer la abogacía. Como viejo lobo con muchos trucos bajo la manga. Viene a ser una especie de Dr. House sin la precisión a la Sherlock Holmes, sino mucho más errático y trastabillante. Una suerte de numero 5 de potrero, certeramente lírico y desgarbado, de esos que es capaz de darle mucha clase al juego, con mucho talento innato, y del otro. Y si todo este interesante personaje es compuesto por un desgarbado crack como Billy Bob Thorton, mucho mejor.

El líder de está Hydra corporativa será Donald Cooperman (William Hurt), un viejo amigo devenido enemigo, estilo villano de James Bond, que intenta hacerle la vida imposible al bueno de Billy de las maneras más perversas posibles.

La serie es tan simple como esto. Distribuida a lo largo de 8 episodios de casi una hora de duración, nos cuenta como este tipo, autodestructivo y desastroso, encuentra en el hecho de tratar de revertir esta injusticia social, una gran motivación y leitmotiv para levantarse y seguir peleándola. Mientras tanto es extorsionado, apretado de las maneras más salvajes e indignantes posibles, quedando prácticamente indefenso ante los tentáculos del poder más abrumador: el del rencor de su examigo, cargado con la nafta de la riqueza financiera.

La serie tiene ínfulas de pochoclera. Es irreverente. Suceden cosas explosivas todo el tiempo durante la trama y está narrada con una onda cool que la hace bastante atractiva. Lo más destacado es ver como la cosa gira en torno al sutilmente magnético Billy Bob Thorton en un papel que no se destaca por nada en especial pero que es resuelto siempre con mucha solvencia. La tendencia es pensar que el personaje tiene un espíritu que conecta naturalmente con el physique du rol del actor y está construido en base a Billy Bob.

Sí, choca con la vara alta que tiene el mundo actual en cuanto a las series. Ciertas situaciones que son de alto impacto a veces no parecen lograr el efecto deseado y, estamos tan cargados de golpes de efecto en la actualidad en relación a las series, que tal vez las situaciones que Goliath plantea no dejan a los espectadores boquiabiertos, como podría haber pasado hace algunos años.

En resumen, Goliath no es imprescindible ni mucho menos y tal vez le falte, por momentos, cierta sustancia a la hora de rematar con alto impacto, en determinados momentos clave de su trama. Asimismo, su intencionalidad pochoclera logra llegar a buen puerto consiguiendo ese brebaje adictivo que hace que el espectador se enganche con la historia, queriendo clavarse dos o más episodios seguidos por día. Se trata de la historia mítica vuelta a escribir en el contexto hipercapitalista de hoy día, en un medioambiente seriefilo y, como tal, logra ser ni más ni menos lo que siempre fue: una historia muy entretenida.

Por Lautaro Olivera 

Crítica de la película
Fecha
Película
Goliath (2016)
Puntaje
3
Lautaro Olivera: Licenciado en Psicología (UBA). Alexander Payne, Evangelion, Bojack Horseman y superheroes. Colaborador en las secciones CINE y SERIES en Proyector Fantasma.
Posteos relacionados