Dirección: Ariel Rotter Origen: Argentina Año: 2015 Guión: Ariel Rotter Música: Mariano Loaicono Fotografía: Guillermo Nieto Productora: Tarea Fina Reparto: Erica Rivas, Marcelo Subiotto, Susana Pampin.
LA LUZ INCIDENTE (#30MDQFEST – COMPETENCIA INTERNACIONAL)
La luz incidente es la historia de Luisa (interpretada por una casi irreconocible Erica Rivas), una mujer que perdió inesperadamente a su marido y a su hermano y ahora se ve sola junto a sus dos hijas pequeñas y su madre. Desde la fotografía y la realización, el film me recordó un poco a la reciente ganadora del Oscar a mejor película extranjera: Ida(2014), en parte por el blanco y negro pero también por su tendencia a narrar en planos centrípetos pero que le dan un gran peso al espacio vacío: aquel con el que Luisa debe convivir de ahora en más.
La labor de Erica Rivas, ganadora al Astor a Mejor Actriz en Competencia Internacional del Festival, es notable. En su expresión facial podemos ver con sutileza, un gran abanico de emociones que van desde el amor y la ternura hasta el miedo, y este mismo trabajo se expande a todo su cuerpo, dándole emoción también a los planos abiertos.
La presentación de las “costumbres” de la época (los años 50s) es inteligente puesto que suenan totalmente lógicas para dicho momento, pero nos permiten con distancia ver su irracionalidad e injusticia, a las que Luisa se enfrenta pero en silencio, a su propio ritmo. Es decir, no hace falta ridiculizarlas explícitamente, sino que alcanza con simplemente exponerlas, para que entendamos a qué presiones se enfrenta ella.
La luz incidente es entonces una película pequeña, intimista, que nos acerca al mundo de Luisa con una estética cuidadosa, bella, detallista, pero que no deja nunca de estar en relación con la temática y el conflicto del film: el deseo de detenerse en el tiempo, en el blanco y negro, que se ve confrontado con el porvenir, con el mandato de reemplazar rápidamente ese espacio (vacío pero con carga dramática) en el retrato familiar.
En la conferencia de prensa posterior, Ariel Rotter comentó que estuvo cinco años intentando no hacer esta película, retomando y abandonando el guión, ya que le costaba mucho lidiar con personajes tan cercanos. Para ficcionalizarlos tuvo que tomarlos como extraños. Le gusta creer que la historia transcurre en esos momentos de vacío que son las 3am y las 3pm, cuando todos duermen de noche o la siesta. Además, la temática de la fotografía está presente desde el primer momento, ya que la génesis del proyecto se dio a partir de unas fotos familiares encontradas. Por eso, también, aunque el formato sea 1,85, siempre terminaba encuadrando un 1,33 dentro de ese aspecto más panorámico: siempre confrontando la fotografía, nostálgica, con el porvenir cinematográfico.