En el día de ayer comenzó el Green Film Fest, festival de cine ambiental del cual te hablamos aquí. Como parte de la cobertura, Proyector Fantasma asistió a la proyección de Mediterranee, documental francés que participa del ciclo en cuestión. A continuación nuestros comentarios.
FICHA TÉCNICA DE LA PELÍCULA
Título original: Méditerranée, notre mer à tous
Año: 2014
Duración: 84 min.
País: Francia
Director: Yann Arthus-Bertrand, Michaël Pitiot
Música: Armand Amar
Género:Documental | Naturaleza
La civilización y la sobrepoblación
Mediterranee de Yann Arthus-Bertrand y Michael Pitiot nos invita a hacer un repaso de la historia y el futuro del mar que atraviesa 3 continentes, el mar Mediterraneo. Se trata de un mar trascendental para la historia occidental, lugar el nacimiento de las civilizaciones modernas, que el documental se encarga de explicar muy bien en su primera parte, y detallarnos el recorrido de los distintos imperios y sociedades que dominaron e impusieron sus avances. Más allá de tomar las civilizaciones más conocidas, los directores buscan destacar la importancia de cada región y nación que limita con este mar.
La bella fotografía muy bien tomada a través de helicópteros (sin que parezca la cobertura del tránsito), nos permite contemplar sus paisajes naturales y sus muchedumbres, con un trabajo técnico y de dirección muy destacable, y una musicalización que introduce al espectador brevemente en cada lugar que observa.
Nada de lo trascendental parece quedar afuera, aunque esto sea prácticamente imposible. La sensación del film es que aborda muchos temas al mismo tiempo, y por momentos suena sobrecargado de sentidos. Se trata de un film respetuoso con las diferentes culturas, aunque sea muy difícil conformar a todos, sobre todo en temas tan delicados como la religión o las identidades nacionales.
El mar mediterráneo, más allá de ser la cuna de la sociedad predominante actual, también es centro de conflictos internos cuya importancia trascienden a nivel mundial, por eso, es la hermandad, la identidad de sus pueblos y sociedades que residen allí lo que más preocupa al relato, a pesar de que parezca transformarse netamente en una cuestión ambientalista. El mensaje final cierra abogando por la convivencia pacífica pero cuestiona la falta de identidad actual, en parte por el turismo, pero sobre todo por la sobrepoblación, una identidad que está más entrecruzada que nunca en las ciudades neurálgicas, tanto en Beirut como en Nápoles, El Cairo o Barcelona, entre otras. Todas son centros.
En definitiva preocupa la sobrepoblación y la futura falta de recursos naturales, el documental no tiene solución para ese problema (¿acaso alguien la tiene?), pero la falta de identidad es algo inherente a la sociedad actual, consecuencia de la globalización y el capitalismo, que además genera la inmigración hacia esos centros. La carencia de identidad de los lugares es consecuencia de entrecruzamiento de culturas, pero también por las corrientes inmigratorias, y en el documental, el cuestionamiento al sistema actual está planteado a medias y puede ser malinterpretado por aquellos que buscan identidades más fuertes, es decir, anti-inmigratorias. Sobre todo en Francia.
Aunque no dé esa sensación de malinterpretación, porque en definitiva el mensaje es que todos los que habitan el mediterráneo en realidad tienen en su ADN un poco de cada lugar, todo depende de quién sea el espectador. La cuestión ambientalista es lo que preocupa, por los recursos, por el problema de la tierra, por los pueblos fantasmas de hoy y del futuro, pero la identidad del Mediterráneo, o de las zonas que lo conforman, es un problema que sucede ahí, pero también en los Estados Unidos, en China y en nuestro país. Y si creen que los Estados Unidos están exentos de esta pérdida, les recomiendo que lean a la desagradable Ann Coulter respecto a la “fiebre” por el mundial de fútbol.
En definitiva se trata de un bello trabajo que cuestiona el futuro del hombre en una de las zonas más densamente pobladas del mundo. Invita a la reflexión y se trata de un repaso completo de una de las regiones centrales, tanto en lo cultural como en lo geopolítico, que podría ser de las primeras en sufrir estos problemas ecológicos y territoriales.
Por Germán Morales