Anticipando el mundo próximo
Que la ciencia ficción ha inspirado y ayudado al desarrollo de la ciencia real, es algo muy difícil de confirmar del todo. Sin embargo, en el fondo hay algo de eso. Mucho de lo que se ha escrito y visto en libros, películas o comics, se terminó concretando en la realidad: internet, los aviones, los viajes interplanetarios, los avances médicos, etc. Algo de eso, todavía, no llegó a las manos del consumo masivo; otras producciones en cambio, han sido superadas por la realidad como, por ejemplo, la videollamada en Volver al Futuro.
Muchas películas de ciencia ficción del pasado parecen lejos de concretarse. Ya sea por su extrema naturaleza fantasiosa o por plantear un mundo distópico muy poco verosímil al día de hoy. Lo siento, por más que 1984 (de George Orwell) haya vuelto a ser un éxito de ventas por la llegada de Donald Trump, parece muy difícil que se concrete en el corto y mediano plazo.
Pero pocas ficciones parecen tan posibles en un futuro inmediato como Ghost in the Shell. El universo que este manga lanzado en 1989 plantea, sobrevivió con los años y, si bien aún hoy estamos lejos de ser mitad humanos-mitad androides, su concreción parece más actual que nunca por el camino que promete la ciencia.
Por eso, la nueva adaptación cinematográfica, con Scarlett Johansson como protagonista, volvió locos a los que vieron los largometrajes animé que llegaron a las salas porteñas el fin de semana pasado.
Lo bueno de primer film, de 1995, es que se trata de una obra cyberpunk con todas las letras. Un mundo ultradependiente de la tecnología, con un gobierno mundial que domina a gusto y placer las grandes esferas, pero también un submundo caótico, menos próspero, incluso en el mismo Japón. A pesar de tanta tecnología, las diferencias de vida entre las poblaciones son más que evidentes.
Pero lo más jugoso es el trasfondo político que hay detrás de su argumento. Un hacker llamado “the Puppet Master” es una entidad de inteligencia artificial que se mete en los cerebros de la gente y le hace creer situaciones de su vida que nunca existieron, con la posibilidad de hackear cuerpos y cerebros de políticos sin problemas. La biotecnología al palo.
Con la reciente filtración de WikiLeaks, en la cual se dice que la asociación de inteligencia norteamericana planeaba hacer asesinatos hackeando autos, y también con las sospechas que surgieron en su momento con el cáncer inducido a los líderes latinoamericanos, este mundo de bio-hackeos políticos ya no parece solamente ocurrencia de la ciencia ficción.
Ghost in the shell no solamente hace alusión a una cuestión política o biotecnológica, sino también a la filosófica. Las preguntas de la protagonista -la Mayor Motoko Kusanagi-, en la película de 1995, aluden a la cuestión del ser y el espíritu. Al tratarse completamente de un androide, tiene sueños distintos a los androides comunes, y en la búsqueda de su enemigo, está el encuentro del ser y la motivación de vivir.
Esta obra tuvo varias adaptaciones en manga, cine y series de televisión. En todas ellas se toma el universo biotecnológico como base. Las ganas de llevar esta historia al cine vienen de hace rato y su naturaleza abre una amplia gama de narrativas que pueden dar una obra muy rica, llena de variantes con cuestiones inherentes al ser humano… o puede ser una adaptación más que no conforme a los fans y espectadores.
De una forma u otra, si les interesa la ciencia ficción y la fantasía, intenten ver por algún otro lado, la versión animada de Ghost in the Shell de 1995. Se trata de una obra que supera lo mencionado arriba, ya que cuida mucho sus aspectos técnicos y su poética visual y narrativa.
Aquí les dejamos el trailer de aquella versión, y les recordamos que la película live-action de 2017, tiene fecha de estreno prevista para el 30 de marzo de 2017.
Por Germán Morales