En espera al estreno local de Café Society (2016), el próximo 1 de septiembre; el nuevo film de Woody Allen, decidimos hacer un recorrido por sus motivaciones como Director y como Ícono del Cine Mundial.
De esta manera, damos comienzo a nuestro ESPECIAL WOODY ALLEN, con este artículo escrito por Silvana Pascualini, colaboradora invitada.
Ciclotimicamente Woody
“La Vida es una Comedia escrita por un comediante sádico”, desliza Bobby Dorfman (encarnado por el actor Jesse Einsenberg), situado en una escena de época de los años 30, ambientación del nuevo film Café Society con la estética glamorosa y superficial característica de esos años que se estrenará próximamente en Buenos Aires, mostrando nuevamente la reiteración obsesiva de su director en el tratamiento de sus últimas películas: Las relaciones humanas y los conflictos por la naturaleza exitosa o mediocre de los hombres, el derrotero de aciertos y caídas de sus neuróticos personajes y el espacio preferido para que todo eso ocurra en general, Nueva York y Hollywood.
Cada diálogo, frase y ambientación que inunda sus películas tiene el sello inmaculado de esta criatura ciclotímica llamada Allen. No basta con sentarse en la butaca del cine sabiendo que disfrutaremos de una película con principio y final feliz, ya que no será así. No será una comedia bonita o un drama a secas, sino un cuestionamiento filosóficamente shakesperiano el que nos dejará sin palabras. Molesto y hasta, en sus mejores tiempos, incómodo y satíricamente ridículo (Hannah y sus hermanas, 1986).
Se puede pensar que cada film realizado a lo largo de su carrera muestra también las distintas etapas vividas de su historia personal y de los miedos hipocondríacos que lo acechan. Sus preguntas, certezas, achaques y negaciones que traslada perfectamente a cada personaje de manera totalmente natural, y que justamente por esa capacidad, es que se lo considera brillante y único entre tantos.
A Woody Allen le encanta cuestionar lo moral (Vicky Cristina Barcelona, 2008), lo problemático del corazón (Manhattan, 1979), lo miserable (Blue Jazmine, 2013), lo cómico (Zelig, 1983) y la neurosis intrincada que se construye alrededor de lo humano (Annie Hall, 1977). Explora lo apocalíptico que subyace en todas las relaciones, los límites y hasta la propia muerte de una manera desvergonzada e irónica. Y lo construye de una manera exquisita, donde cada trama singular tiene la puesta épica de una gran producción, aunque sea minimalista y hogareña. La música, una estética en el concepto fílmico con sello propio desde hace años y los elencos diversos y multitudinarios de cada película con actores brillantes.
No es chisme de barrio a esta altura mencionar que muchas actrices presentes en sus films, más allá de sus dos parejas más conocidas (Diane Keaton y Mía Farrow), han manifestado sentirse atraídas y tener fantasías con este pequeño gran hombrecito que las ha dirigido. (Entre ellas, Mira Sorvino, Scarlett Johansson, Penélope Cruz).
¿Genio loco? ¿Amargado crónico? Quién, a esta altura de los tiempos, podría animarse a criticar la vasta obra de este director, guionista, actor, dramaturgo, humorista y escritor más lúcido y contradictorio de todos los tiempos. Amado u odiado, eso ya se sabe, construyó una dialéctica cinematográfica impecable entre lo satírico, sexual y romántico cuando se habla de amor y de miseria humana. No pretendemos hacer una biografía (ya que para eso existe wikipedia), sino rescatar ese espíritu y la esencia de lo que lo sigue motivando para realizar cine a los 80 años.
Woody Allen, a lo largo de la historia ha impregnado en el imaginario colectivo de una generación con modos de transmitir, diálogos y cuestionamientos existenciales que sirvieron y sirven de inspiración no sólo para realizadores, guionistas y músicos sino para la definición propia de lo que nos marca como espectadores o simples apasionados del cine.
Les dejamos algunas frases (ya que son miles) de las más memorables o criticadas a lo largo de su trayectoria, aguardando y palpitando el próximo estreno. Chapeau!
«Yo fui expulsado del colegio por copiarme en el examen de metafísica, miré en el alma de mi compañero que se sentaba al lado mío”.
“No le temo a la muerte, solo que no me gustaría estar allí cuando suceda”.
“Si Dios ama a los pobres, ¿cómo sería si los odiara?”.
Además de algunos célebres enunciados que seguro recordarán de sus películas:
“No te metas con la masturbación. Es tener sexo con alguien a quien amo”.
Annie Hall, 1977
“Mi psicoanalista me advirtió de tu bisexualidad, pero eras tan guapa que cambié de psicoanalista”.
Manhattan, 1979
“¿Sabes cuál es mi filosofía? Que es importante pasarlo bien, pero también hay que sufrir un poco, porque, de lo contrario, no captas el sentido de la vida”.
Broadway Danny Rose, 1984
“Yo no sé nada de suicidios. De donde vengo, en Brooklyn, nadie se suicida. La gente es demasiado infeliz”.
Crímenes y Pecados, 1989
“El hombre que dijo: «Preferiría ser afortunado que bueno», tenía una profunda perspectiva de la vida. La gente teme reconocer qué parte tan grande de la vida depende de la suerte. Hay momentos en un partido en el que la pelota alcanza a pegar en la red, y por una décima de segundo puede seguir su trayectoria o bien caer hacia atrás. Con un poco de suerte, sigue su trayectoria y ganas. O tal vez no y pierdes”.
Match Point, 2005
“Una noción de que un periodo de tiempo diferente, es mejor que el que estamos viviendo. Es una falla en la imaginación romántica de esas personas, que encuentran difícil lidiar con el presente”.
Midnight in Paris, 2011
Por Silvana Pascualini
Locutora. Redactora. Fotógrafa Amateur y Amante incurable del Cine.