Crimen perfecto (Dial M for Murder), del año 1954, posiblemente no califique para el grupo de las películas más reconocidas de Hitchcock; en algún punto hasta podría decirse que es subestimada, incluso por el propio director.
A algunos pocos quizás nos pueda resultar injustamente desestimada. Si bien no es de un trasfondo demasiado elaborado, la película resulta atrapante desde el primer momento. Seguramente su principal virtud sea esa, la de entretener, la de invitar al espectador a seguir atentamente la sucesión de los hechos, propiciando un estrecho vínculo con los protagonistas y sus acciones, haciéndolo parte de una intriga que se intensifica con el correr de los minutos.
La película narra la historia de Tony (Ray Milland), un exjugador de tenis que decide asesinar a su esposa Margot (Grace Kelly) porque sospecha que le es infiel y, principalmente, para hacerse con su gran fortuna. Pero Tony no caerá en la torpeza de cometer él mismo el asesinato. Hace uso de todo su ingenio y astucia para idear un plan que, según él, no puede fallar: chantajea a un antiguo compañero del ejército (Anthony Dawson), a quien contacta con una excusa circunstancial, y poco a poco lo incita a cometer el asesinato. Finalmente, sin otra alternativa y muy a su pesar, acepta el encargo.
Desde el primer momento la historia resulta muy cautivante. La reducida cantidad de personajes, la falta de excesivos elementos externos y la simplicidad del argumento hacen que podamos concentrarnos de lleno en los acontecimientos. No obstante tenemos que decir que no es una película descuidada en absoluto; por el contrario, luce un guion bien preparado, lleno de matices, una actuación muy bien lograda por parte de los protagonistas (principalmente de Grace Kelly) y una planificación detallada al máximo.
En el primer tramo del film los elementos ya están dispuestos en escena, las cartas ya fueron barajadas y repartidas, y solo nos espera ver cómo se desenvolverá el plan maestro de nuestro protagonista. Al final de cada escena nos preguntaremos ¿y luego, qué?…, ¿y entonces?…, ¿qué pasará después?…, así sucesivamente, hasta llegar al desenlace, del cual solo diremos que es magnífico, digno del complejo intelecto hitchcockiano.
Como síntesis podemos decir que es una película muy recomendable, se trata de una de esas películas que nunca fallan; cualquiera que comience a verla ineludiblemente querrá averiguar en qué acabará este plan perfecto. Además, la participación de dos excelentes actores como Ray Milland y Grace Kelly le da un valor aún más elevado.
En fin, nos plantea el interrogante que todo el mundo alguna vez se hizo: si uno cuida hasta el menor detalle, planifica cada pequeña circunstancia y reduce al mínimo cualquier posible sospecha, ¿es posible un crimen perfecto?