Ficha técnica de la película. Título original: Diego Maradona; Año: 2019; Duración: 130 min.; País: Reino Unido; Dirección: Asif Kapadia; Música: Antonio Pinto; Productora: On The Corner Films, Lorton Entertainment, Film4 Productions. Productor: James Gay-Rees; Género: Documental | Biográfico. Deporte. Fútbol
No es la devoción es el Via Crucis
Nunca estuve de acuerdo con la forma de tratar a Diego Maradona como Dios. Así con mayúscula. Porque nuestra sociedad es monoteísta y eso implica que hay un único dios. Por el contrario, no dejo de pensar que cuando hablamos de Maradona estamos evocando una figura que está más allá del ser humano común, por eso lo pienso más como una divinidad griega. Como un ser único, una entidad que convierte todo lo que toca y lo altera de forma tal que nunca será igual. Le imprime su sello según lo que le parezca. No es perfecto, de ninguna manera. Y nunca lo será, ni le interesa serlo. Pero es caprichoso, molesto, exultante y determinante como ninguno. Es una figura pública fundacional de nuestro mundo ultra mediatizado.
Maradona es un personaje difícil de encarar para cualquier película, porque es inabarcable. Hay tantos Maradonas como años de su vida. Pero hay una gran etapa de Maradona (con varios Diegos adentro) que fundó para siempre su legado, el Maradona de 1984 a 1991.
En ese Maradona se centra el documental de Asif Kapadia, un documental cuyo nombre no busca ser figurativo, no pretende mostrar a nadie más que la figura de Diego Maradona (2019). Una imagen domina visualmente en todo momento y no existe otro protagonista, incluso los testimonios de los invitados (incluso la del propio Diego) están en off, como para que entendamos el contexto que armó y moldeó a uno de los personajes más influyentes de nuestro tiempo. No es un homenaje, como pudo haber sido la película Maradona By Kusturica (2008). Es pura inmersión.
Como dice Fernando Signorini (preparador físico y amigo del 10) en varios momentos del film, en este mundo conviven Diego, ese pibe encantador e inseguro que continúa con sus raíces de Villa Fiorito, y Maradona, esa figura que se inventó Diego para avasallar al mundo y tomarlo por asalto, quiérase o no. Casi como Superman con su Clark Kent.
El film trata en definitiva de eso, de como Diego tuvo que llevar a Maradona a la cima, hasta que no pudo controlarlo más. Hasta que a la máquina de hacer chorizos del establishment mundial le dejó de servir y tampoco pudo controlar a Maradona. La gestación del mito con todas sus contradicciones, su rebeldía, su personalidad, sus relaciones prohibidas e ilícitas. Está en la bajada del poster.
Si bien el pibe de oro atraviesa la vida de todos los argentinos, sin dudas, es tan importante (o más quizás) en Nápoles. Y aunque la sensación es que muestra menos de los mundiales – o de la relación de la Argentina con el Diez -, también hay que ser justo y compartir a Maradona. Su legado en Napoli, con todo lo que significó, fue tan fuerte como para nosotros. Y el balance está bien equilibrado, a pesar del egoísmo que uno puede llegar a sentir. ¿Quedan mil cosas afuera? Sí. Pero es imposible abarcar todo en 2 horas.
El film no busca emocionar, no pretende justificar, es metódico y preciso hacia su objetivo. Allí reside el valor de este documental. Porque no intenta agigantar el culto. Sin dudas es absolutamente recomendable para el maradoniano, pero el film también lo es para aquel que lo detesta. Porque no se ocupa de su gloria solamente, sino de su caída, y no lo justifica inocentemente, sino que lo expone como un ser humano que fue tratado como una divinidad, y demuestra lo imposible que se hace vivir para esa clase de figuras.
Porque el gran trabajo de archivo de este film nos mete de lleno en ese universo, en el amor sofocante de los napolitanos, de la locura del mundial 86 y el 90, de la noche y la camorra napolitana utilizando y sobre explotando su figura hasta que le estalló en la cara. Uno no siente empatía por Maradona a lo largo del film, uno siente todo el desbalance hasta que no se puede sostener. La realidad de una persona que desde los 15 años lleva al mundo y la responsabilidad en sus hombros.
El sistema y el propio Maradona no estaban preparados para esquivar tantos estímulos. En definitiva se trata del mundo moderno de la exposición constante y la idolatría desmedida, hoy es otra la realidad y quizás este fue un gran laboratorio para este mundo ultra conectado y de intimidad resguardada.
Por Germán Morales