Ficha Técnica de la película: Director: Matías Salinas; Guión: Matías Salinas; Productores asociados: Isaac Ezban, Miriam Mercado; Producción Ejecutiva: Matías Salinas, Mara Mobilia, Javier Solis; Dirección de arte: Javier Rupprich; Editor: Matías Salinas; Música: Miguel Spinelli; Elenco: Javier Solis, Carlos Piñeiro, Valeria Salinas, Manuel Razzari, Julián Landerreche.
Come o serás comido
Como habitual visitante de las costas argentinas durante su invierno, siempre pensé que se trataba del escenario perfecto para un buen film de género que muestre el tormento de un escritor. Nunca tuve la suerte de encontrarme con una producción así, hasta que llegó Presagio.
Este film estuvo en más de una decena de festivales internacionales, se presentó recientemente por tercera vez en el país, en el marco del festival MARFICI – Festival Internacional de Cine Independiente de Mar del Plata 2016. Antes estuvo en el Buenos Aires Rojo Sangre del año pasado y en la muestra Mendoza Rojo Sangre 2016.
Se trata de una producción independiente que tardó 5 años entre su inicio y su estreno.
El film trata de Camilo (Javier Solis), un joven novelista que atraviesa el tormento de la muerte de su esposa y su hijo en un accidente en la ruta.
El escritor intenta salir de la perturbadora experiencia con un psiquiatra (Carlos Piñeiro), a quien le cuenta sus fuertes visiones y experiencias que derivaron del trauma, su sensación de culpa y del refugio que encontró al escribir su nuevo libro “El lado oscuro”.
Camilo siente ese escrito muy personal, al involucrarse de forma emocional con un cazador que busca llevar como trofeo a un animal.
Entre la vivencia de la historia que le cuenta al psiquiatra, las visiones y recuerdos de los instantes previos al accidente que tiene el protagonista, hay numerosos recursos visuales que se destacan en el film y le dan un aura de terror psicológico y experimental muy logrado.
La musicalización, que por momentos se torna excesiva en su utilización, ayuda mucho y es acorde para lograr el suspenso y la tensión entre Camilo y sus propios demonios. Presagio sabe jugar con el clima necesario para la película de género que plantea.
También al crear el némesis de Camilo, un misterioso hombre que se oculta bajo un paraguas. Esta figura lo acecha y lo obliga a terminar aquel libro que dolorosamente había destruido. Todo esto construido bajo imágenes y un simbolismo que obliga a ver el trabajo nuevamente para encontrar detalles adicionales.
Lo curioso y lo simbólico está precisamente en la frase simbólica del film: «Entre dos predadores, uno es la presa». Ahí nos muestra que la relación entre los cazadores es muy ambigua, puede estar presente entre el psiquiatra y Camilo, puede ser entre Camilo contra el hombre de traje, Camilo contra su propia producción o contra sus temores más internos. O, indirectamente, contra su propia pareja.
La relación entre el psiquiatra y el protagonista es muy tensa en todo momento, hasta en su intento por ayudar a Camilo no llega a brindar esa seguridad en un 100%. Casi que nos pone del lado del escritor. No toda ayuda, o todo acción desinteresada es realmente lo que la persona necesita.
Como una crítica a aquellos profesionales que quieren dar un paso más allá de lo que deben…. O, para los escritores que se enroscan con lo que producen.
Los diálogos se encuentran muy acotados al guión y tienen una impronta literaria con un drama teatralizado. Por un tema de género queda correcto, pero llevado de otra forma le hubiera brindado un efecto de golpe más certero.
Como conclusión, podemos ver en Presagio una buena opera prima. Un trabajo muy masticado y bien pensado que tiene su simbología correctamente planteada.
Por Germán Morales