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Crítica: Hardcore: Misión Extrema (2015) Dir. Ilya Naishuller

Titulo Original: Hardcore Henry Origen: Estados Unidos, Rusia Género: Acción, Aventuras, Sci-fi Director: Ilya Naishuller Guión: Ilya Naishuller, Will Stewart Intérpretes: Sharlto Copley, Danila Kozlovsky, Haley Bennett, Cyrus Arnold, Ilya Naishuller, Will Stewart, Darya Charusha Duración: 90 minutos Año: 2015 Música: Darya Charusha  Distribuidora: Diamond Films Fecha Estreno en Buenos Aires: 28/04/2016Hardcore: Misión Extrema

Acción en primera persona

El desarrollo exponencial de los videojuegos en los últimos veinte años ha cautivado la atención de muchas industrias; la del cine entre ellas. En este sentido, muchísimas películas –Street Fighter (1994), Mortal Kombat (1995), Tomb Raider (2001), Resident Evil (2002), Silent Hill (2006), Hitman (2007), Max Payne (2008), Prince of Persia (2010) o Need For Speed (2014)- ya han probado suerte en la gran pantalla con resultados dispares. También podríamos incluir otros títulos, como Gamer (2009) o la genial Scott Pilgrim vs the world (2010), que aún sin estar basados en videojuegos, nos siguen remitiendo a ese universo, por su estética, temática y puesta en escena.

Hardcore: Misión extrema (Hardcore Henry, 2015) se inscribe en este género pero al mismo tiempo pretende ir un paso más allá: ¿Cómo? llevando toda la experiencia inmersiva de los videojuegos a la pantalla grande para que los espectadores sientan en carne propia todas las vivencias del protagonista. Para ello, el debutante ruso Ilya Naishuller utiliza la cámara subjetiva como único punto de vista narrativo, emulando de esta forma a los juegos de disparos en primera persona (First Person Shooters). El resultado, en parte, es el esperado: 96 minutos de acción vertiginosa, caos, múltiples asesinatos y mucho gore. Sin embargo, luego de los primeros minutos, el recurso se vuelve monótono, aburrido y anecdótico; como el guión, al que evidentemente no le pusieron mucho empeño.

Desde el comienzo, la trama es un delirio absoluto: Henry es una especie de cyborg estilo Rocobop que huye sistemáticamente de Akan, un malvado multimillonario ruso que cuenta con poderes telepáticos y una hueste de mercenarios a su servicio. El objetivo de Akan es simple: capturar a Henry, diseccionarlo y crear un ejército de robots-humanos invencibles para –literalmente- conquistar el mundo. En el medio, Henry debe rescatar a su esposa -secuestrada por el mismo villano- abriéndose paso a los golpes, tiros, cuchillazos y explosiones varias, en una Moscú testigo de la masacre sin pausa que allí acontece.

Algunas escenas de acción están muy bien logradas. La estética gamer y el ritmo furioso constante nos recuerdan mucho a Crank (2006), con un montaje igual de frenético y una banda sonora tan al palo como en aquella cinta. La diferencia, acaso, es que Hardcore Henry carece de esa dosis de ironía y humor negro que hacía tan efectivo y original al film de Statham. Sin eso, la película parecería tomarse todo el asunto demasiado en serio, generando la sensación de que el grotesco y el ridículo alcanzado en ciertos momentos son más producto de falencias narrativas propias que de una decisión artística consciente por parte del director.

En este sentido, la acción pronto se vuelve monótona y, a la larga, la experiencia de la cámara subjetiva termina resultando agotadora e injustificada. Sumado a esto, la simpleza de la historia hace que nunca podamos vincularnos afectivamente con el protagonista. Es decir: sí, estamos dentro de la cabeza de Henry, pero en definitiva es como ocupar una carcasa vacía, pues el personaje no piensa, no siente, no reacciona; sólo hace lo que tiene que hacer: cumplir con la misión. Exactamente como en un videojuego.

Esto supone un problema, porque la transposición directa olvida que ambos medios poseen lenguajes y reglas de funcionamiento diferentes. En el cine uno se entrega al punto de vista del director y a lo que éste nos quiere mostrar, mientras que en el videojuego lo divertido es justamente lo contrario, véase: tomar decisiones, elegir qué camino tomar, a quien disparar, cuándo, cómo, dónde, etc. Con Hardcore: Misión Extrema, la sensación es la de estar presos dentro del protagonista. Algo casi tan frustrante como ver a un amigo pasar todos los niveles de un jueguito sin perder ni una vez.

Frenesí rítmico, excesos de todo tipo, carnicerías humanas por doquier, acción sin sentido, ausencia de verosimilitud y coherencia interna; el film de Naishuller es la viva muestra de que en el cine, más que experimentos bizarros de renovación, lo que hace falta son los buenos guiones.

Crítica de la película
Fecha
Película
Hardcore: Misión Extrema (2015)
Puntaje
2
Juan Ventura: "El cine es la vida misma sin las partes aburridas" - Alfred Hitchcock

Mirá los comentarios (2)

  • Nunca había visto una película como un video juego, lo que puedo rescatar de ella es la banda sonora y el excelente desempeño de parcur del portagonista. Creo que fue una pelicula experimental, efecto de eso fue que había gente quejándose de dolor de cabeza y de vista, por movimientos excesivos de la cámara.

    • Hola Piedra De Sol! No sé si vale de algo contestar tu comentario 10 meses después, pero no me quiero quedar sin decirte que comparto tu reflexión: es una película experimental 100%. Es interesante que se prueben nuevas fórmulas y que se busquen nuevas sensaciones en el espectador. No obstante, en este caso me parece que le pifiaron, porque justamente no logra reunir lo mejor de los dos medios; todo lo contrario, reune lo peor. Hay que seguirle la carrera al ruso y ver si para la próxima logra una mejor síntesis de ambas plataformas. Por lo pronto, imagino que Hardocre Henry habría sido un gran corto. Para una película resultó ser demasiado larga. Al menos para mi. Saludos!

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