País: Argentina Duración: 100 min. Intérpretes: Alexia Moyano, Tom Harris, Manuel Vicente, Alberto Benegas, Juan Grandinetti. Director: Carlos M. Jaureguialzo y Marcela Silva y Nasute. Guionistas: Marcela Silva y Nasute Estreno: 25 de Junio de 2015
La patria ante todo
Corre 1806 en el Virreinato del Río de la Plata, el pueblo se ha defendido con éxito de la invasión inglesa. Los prisioneros son enviados al interior para mantenerlos lejos del puerto, entre ellos se encuentra Conor Doolin (Tom Harris) un irlandés reclutado por los ingleses. Su destino, la provincia de San Luis. Allí conoce a Luisa, una viuda de guerra que se niega a abandonar su desprotegido hogar.
La película es un interesante retrato de la lucha por la independencia, no sólo Argentina, sino también de Irlanda. Entre el presente de Luisa y la historia de Conor se da un paralelismo, ambos pertenecen a pueblos colonizados, invadidos, pueblos a los que se les niega su identidad, y éste es el punto que une a los personajes. Ella lo da todo por la guerra, él ya lo perdió. Sin embargo viven juntos estos años de lucha, con él manteniéndose ajeno mientras puede. Una historia de grandes pérdidas individuales para la fortuna de un país.
Las interpretaciones son adecuadas, no hacen “ruido” como en algunas otras películas históricas de nuestro país, también porque desde el guion se cuida el vocabulario y eso se nota. Los personajes están bien construídos, son profundos y coherentes, en fin se trata de un buen trabajo de Marcela Silva y Nasute. Más allá de la efectividad total del relato, que es cuestión de gustos; la película hace un buen recorrido.
Cabe destacar la prolijidad del arte, donde los exteriores dejan a los paisajes de la geografía argentina como protagonistas. También capto mi atención la mezcla de sonido, ese paréntesis en medio de la proyección que hace que uno escuche atentamente la banda sonora, resulta detallista.
En definitiva, El prisionero Irlandés es una película no apta para todo público, no por su contenido, sino por el tipo de narración. Adhiere al “estilo” de los films que narran la primera mitad de siglo de la vida nuestro país.
Por Julieta Lupiano
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Mi crítica: He visto ayer esta buena película argentina. Primero hay que decir algunas cosas para ubicar el gran esfuerzo cinematográfico que significó esta película. No es una película de acción y de guerra, aunque trata el tema universal de la guerra. Podemos decir que su temática es el amor al terruño, la ignorancia de lo extranjero, el deber, y el amor y finalmente el patriotismo. Son sentimientos universales que se pueden reproducir en cualquier cultura, pero que los guionistas fijaron en un período concreto de la historia Argentina de 10 años fundamentales que van de 1806 con la primera invasión inglesa a 1816 con la independencia. Y el futuro representado en la campaña Sanmartiniana que en la película ayuda al desenlace de la trama. También el guión resuelve otro interrogante de la historia argentina, que no abordan generalmente los historiadores. La historia vivida por la gente común de esa época, solo la hemos podido leer en el famoso libro de Sarmiento Recuerdos de provincia, cuando hablaba de su padre José Clemente, que abandonó todo en San Juan para seguir a San Martín y como su madre durante esos mismos años pudo sostener su familia con el producto de su telar. Esta película habla de eso, pero también y mucho de un país llamado Irlanda que era sometido por Inglaterra y que sin embargo se revelaba de cuando en cuando y su gente era obligada a emigrar o como en el caso del protagonista entrar en el ejército británico que daba precario sustento a los pobres del país más empobrecido por la hambruna del Imperio Británico. Y también habla de la religión y las costumbres de la clase rural .una precaria clase media de la época- que no cambiaba sus costumbres hogareña coloniales y la viuda guardaba el luto aún enamorada por ejemplo. El final borgeano de la película es muy apropiado. Tal vez le faltó ritmo, es cierto, pero no es un filme para entretenerse solamente, sino para meditar sobre nuestro origen y nuestro porvenir. Como espectador, agradecido.-