Ficha técnica: Título original: El Guardián Invisible. Origen: España. Año: 2017. Dirección: Fernando González Molina. Guión: Luiso Berdejo, Dolores Redondo. Reparto: Marta Etura, Elvira Mínguez, Francesc Orella, Itziar Aizpuru, Miquel Fernández, Benn Northover, Pedro Casablanc. Duración: 129 min.
Un poco de magia lo soluciona todo
La historia de los thrillers nos ha dejado muchísimas películas que de tan buenas nos tenían pegados a la butaca (Seven, The Silence of the Lambs) y algunas tan decepcionantes que nos provocaron unos cuantos bostezos (The Happening). El Guardián Invisible está ubicada en alguna parte del medio (pero más cerca de las decepciones).
Basada en la primera de la las tres novelas que componen la Trilogía del Baztán (best-sellers de la española Dolores Redondo) la historia nos sitúa en tierras vascas, más específicamente en los márgenes del río Baztán, donde varias niñas aparecen muertas en circunstancias sospechosas. La inspectora Amaia Salazar (Marta Etura) deberá dirigir la búsqueda del asesino, lo que la llevará a volver al pueblo donde creció y a enfrentarse con los fantasmas de su pasado.
Una característica que hace que la historia de El Guardián Invisible se distinga por sobre las demás, es su combinación casi perfecta entre persecución policial y fantasía, empapada de la mitología vasca. Las apariciones de seres místicos como el Basajaun (una especie de “pie grande” bondadoso que guarda el equilibrio del bosque), damas del río y brujas (o “belagiles”), dotan a la historia del folclore propio de la zona y la hacen única.
Lamentablemente, la película no consigue trasladar esta mística a la pantalla grande: las escenas en las que se dan encuentros del tipo “sobrenatural” no están bien logradas y se tornan confusas, sin ninguna tensión ni intensidad. Como consecuencia de ello, la película pasa desapercibida y se convierte en un thriller policial promedio que no llama demasiado la atención.
De todas formas, lo peor que tiene la El Guardián Invisible es, sin dudas, la protagonista. Marta Etura logró transformar a una heroína corajuda y resuelta en una mujer débil y llorona que no puede dar un paso sin sufrir ni lagrimear. Por esto se hace difícil empatizar con el personaje de Amaia Salazar y con el pasar de la película su interpretación se torna aburrida e innecesaria.
Pero para ser sinceros, no todo es malo.
Dirigida por Fernando González Molina (A Tres Metros del Cielo, Palmeras en la Nieve), la película tiene buen ritmo y una estética inmejorable, que logra capturar la atmósfera lluviosa y oscura de la historia y que nada tiene que envidiarle a cualquier producción yanqui. Y si bien la mitología vasca podría haber sido mucho mejor explotada, al menos la presencia del “pie grande vasco” dota a la película de un aura mística intrigante.
Para ir concluyendo, la verdad es que la adaptación de El Guardián Invisible tiene muchos problemas y seguramente por esto no llegue nunca al podio de los mejores thrillers de la historia. Pero al menos cuenta con un poco de magia, y eso lo soluciona todo.
Por Mariana Van der Groef