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Comentarios sobre EL MARGINAL (2016)

La segunda historia carcelaria hecha por Underground culmino culminó el pasado jueves 8 de septiembre. Más allá del buen rating general que tuvo la serie, llegando a 6 puntos en la TV Pública (todo un logro), El Marginal (2016) fue un producto que atrajo al público por su calidad y su trama. Aquí compartimos algunas reflexiones.

La historia

La trama detrás de El Marginal nos presentaba a Miguel Palacios (Juan Minujín), un ex policía que ingresa en la cárcel de San Onofre bajo el nombre de Pastor Peña. ¿El motivo? Debe infiltrarse en una banda de presos que operada desde el penal, y que ha secuestrado a la hija (Maite Lanata) de un juez  y descubrir donde la mantienen cautiva, para liberarla.

Ese es el primer conflicto que Pastor debe atravesar, pero tras lograr la liberación de la adolescente, Peña es traicionado y permanece en la cárcel, un ambiente que se torna cada vez más denso debido al enfrentamiento feroz entre la Sub 21, y Los Borges, las dos bandas más grandes del penal. Además, sus preocupaciones se sitúan también fuera de presión, ya que parte de su familia es asesinada, quedando su hijo pequeño solo e indefenso. En ese momento, la ayuda y contención de Ema (Martina Gusmán), la trabajadora social de San Onofre, será esencial, al punto de generarse un vínculo romántico entre ellos.

Poder interno y externo 

La serie, desde el principio mostró una apuesta superior a la de Tumberos (2002), su antecedente más directo. En ésta, el tema principal trataba sobre las dificultades, la denuncia y las particularidades de la dura vida carcelaria en nuestro país. El personaje protagónico, Úlises (Germán Palacios), era un abogado de clase media alta que había caído preso por un supuesto asesinato. La historia de un ajeno en un universo turbio y novedoso.

El Marginal fue una maduración en ese sentido. El intramundo de Tumberos era lo primordial, lo más jugoso. Aquí, en cambio, lo interesante es lo interrelacionado con el resto de la sociedad, como los presos, desde afuera del penal, siguen influyendo en los hechos de inseguridad que suceden y cómo están ligados al poder interno y externo de la cárcel.

Y la relación con el poder interno de la cárcel no fue con los celadores como en Tumberos, sino con el director de la cárcel San Onofre, Antín (Gerardo Romano), uno de los mejores personajes de la serie, por su elocuente y fuerte actuación. Un papel hecho casi a medida. En este país, pocos putean tan fuerte como Romano.

La interrelación no significa que el mundo interno de la cárcel no haya crecido. Sino que muestra que no se trata de un solo pabellón en ese universo, ya que también se generan distintos escalafones y “clases entre los presos”. Allí, quizás reside uno de los aspectos más flojos de la serie, porque al existir un universo y una gama tan amplia de personajes, se pierde un poco el interés en algunas historias paralelas a la principal o al posible apego con personajes secundarios.

Mundos carcelarios

Como dijimos, el universo del Marginal abarca mucho más que el de Tumberos, y tiene mucho más que decir respecto de nuestra sociedad. Sin embargo, a nivel personajes y en caracterizaciones pierde un poco. Sin entrar en comparaciones puntuales, en Tumberos algunos personajes eran mucho más queribles, sin la necesidad de cumplir con un aspecto físico que sea 100% carcelario.

Después Tumberos eligió tomar un camino menos realista y más fantástico. Por eso en El Marginal se ve una historia más real y creíble, además de tocar temas más serios como el de las salideras, los secuestros, los negocios desde adentro de la cárcel, las internas, los contactos con el poder judicial. Tampoco necesitó mostrar muchos de los mitos carcelarios como algo pintoresco, como sucedía en Tumberos.

Conclusiones

A nivel actoral, además de Gerardo RomanoMiguel Rissi (Borges) y Nicolás Furtado (Diosito) encarnan muy bien sus roles de líderes de la cárcel, imponen su respeto y se llevan lo mejor de la serie. En cambio, Pastor (Juan Minujín) tiene sus momentos, a pesar de ser un gran actor y llevar un personaje complejo, no le calza bien al “physique du role” y a veces choca demasiado. Esto mismo me sucedió con algunos otros personajes secundarios. Más allá de eso, la serie se encuentra muy bien ambientada en sus escenarios y su vestimenta.

En la musicalización y en lo técnico se vio otro aspecto positivo de la serie, muy acorde en la elección musical (mucha cumbia) y una fotografía bien oscura y dura en muchos momentos. En especial, el pegadizo tema de presentación de la serie, interpretado por Sara Hebe.

En relación al cierre de la serie, se puede decir que  El Marginal culmina muy bien sus historias. A pesar que la fuga o la muerte del protagonista y algún que otro detalle que se venía viendo en la serie eran ficha puesta para el final, se planteó una vuelta de tuerca interesante y convincentemente, a pesar que tal vez el desenlace fuese un poco abrupto. Quizás deja la puerta abierta para una continuación, un spin-off o una precuela, pero un cierre completo en lo que concierne a lo primordial. 

Por Germán Morales y Marianela Santillán

 

Si no viste, o si querés volver a ver EL MARGINAL, podés hacerlo de forma online a través de Odeón o Netflix

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Mirá los comentarios (4)

  • Interesante crítica. Coincido con lo abrupto del final. La incorporación de los últimos personajes (el chino y el ciego) y la forma en que el director del penal se enteró la verdadera identidad del protagonista agilizaron groseramente el final.
    La actuación de la que representó a la asistente social dejó mucho que desear. Siempre los mismos gestos, misma mirada....su nivel estuvo muy debajo de gran parte del elenco. La sub 21, los borges y los empleados penitenciarios fueron potentemente representados, razón por la cual imagino al equipo encargado del casting a gente de mucho talento donde la incorporación de "Ema" es externa a ellos.
    La musica es magistralmente acertada siempre.
    Parte del desarrollo de la relación entre Ema y Pastor es muy floja. Es tirado de los pelos que una asistente social se haga cargo de un hijo ajeno, pero lo mas descabellado es lo poco realista del proyecto de Pastor post-carcel, es decir, el escenario que le plantea de irse a vivir los tres juntos quien sabe dónde. Es irreal que un personaje como el de Ema (profesional comprometida a fondo con su trabajo, fuerte personalidad y embarazada) considere la improvisada propuesta de Pastor. Es lo mas flojo del guión.
    Resultó llamativa también la ausencia de consecuencias para el personaje de Romano respecto al secuestro de la hija del juez. Se la llevan a su quinta y posteriormente eso no representó ninguna preocupación ni consecuencia para él. A su vez, el asesinato del juez es de una irrealidad total. Cómo llegó Pastor a calzarce un traje de esgrima asi como asi nadie lo sabe.
    Creo que al desarrollarse una serie "hiper-realista", salirse de esa línea deja cierto sinsabor. Sobretodo porque se contaba y se cuenta con todos los elementos para producir una obra maestra.

    • Tal cual Martín, la mirada de Ema no cambio casi nunca esa mirada sufrida y conosladora en ocasiones puajjj. Indefectiblemente fue un final abrupto la aparicion del chino me la banco porque intercede en lo justo para el desenlace, la del ciego NO, pésima, apurada y predecible... Encima al pedo ya q se escapa de otra forma. Coincido con las cualidades q nombras de Ema, en el último de los casos el podría irse con el hijo y luego ella aparezca con su bebé, luego de organizarse... De todas formas el flaco se quedo seco si una moneda ja..... De mas está decir la majestuosa actuación de ant

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