El miércoles 2 de julio el edificio de la Alianza Francesa recibió a los directores argentinos que participaron en el último festival de Cannes. Coordinado por el crítico Freddy Friedlander, el evento contó con la participación de Damián Szifrón, (Relatos Salvajes), Lisandro Alonso (Jauja), Pablo Fendrik (El Ardor), Pablo Giorgelli (miembro del jurado de cortos en “La Semaine de la Critique”) y Tomás Lipgot (productor y director de cine que participó en el Marche Du Film con diversos proyectos).
Diego Lerman, director de la película “Refugiado”, no pudo asistir debido a que se encuentra presentando su film en el festival de Munich.
Durante la charla, los realizadores compartieron sus experiencias en la 67° edición del festival francés y, a su vez, opinaron sobre el estado del cine argentino y las problemáticas y desafíos que afronta a futuro.
Este año, el cine argentino tuvo una importante presencia en Cannes. Por primera vez en la historia, nuestro país participó en todas las secciones del festival. Entre ellas, la película “Jauja” -dirigida por Lisandro Alonso y protagonizada por Viggo Mortensen– se alzó con el premio FIPRESCI en la sección “Una Cierta Mirada”. Además, la Argentina aportó un total de 6 títulos, una cantidad superior a la de la mayoría de los 28 países presentes en la máxima cita del cine Francés.
Relatos Salvajes estuvo en la competencia oficial junto a directores de renombre como Godard y Cronenberg y, si bien no logró la ansiada Palma de Oro, generó una calurosa recepción por parte de la crítica mundial, incluyendo una prolongada ovación de 10 minutos en la noche del estreno. Al respecto, Damián Szifrón comentó que ir a Cannes “fue una experiencia formidable de cabo a rabo” y que, además, “era una oportunidad inmejorable para presentar una película porque sabía que iba a abrir muchas puertas”. En efecto, Sony Pictures Classics adquirió los derechos de la película para su distribución en Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda.
Igualmente, el creador de Los Simuladores y Tiempo de Valientes admitió que “antes del estreno de prensa estaba aterrado (…), nunca había visto la película en una sala con audiencia y pensaba en la crítica como un comité Nazi”. Sin embargo, el buen recibimiento del film lo tranquilizó y, en ese aspecto, comentó que la ovación que recibió en la Prémiere “fue una experiencia muy cálida e inolvidable”. Recordemos que se trata del debut de Szifrón en Cannes.
Por su parte, Lisandro Alonso no es un extraño en el festival. De hecho, sus 4 anteriores películas habían participado del festival francés en diversas secciones. “Uno se siente orgulloso de su trabajo cuando lo invitan a Cannes”, opinó. El bonaerense, que con “Jauja” obtuvo el premio de la Federación Internacional de la Crítica de Cine (FIPRESCI), expresó que el festival de Cannes “es una plataforma increíble para cualquier película” y que “me abrió muchas puertas”, algo que con sus otros filmes no le había ocurrido.
A diferencia de lo expuesto por Alonso y Szifrón, Pablo Fendrik, director de “El Ardor”, contó que para él “fue una experiencia más protocolar”. Dado que es su tercer viaje a la costa azul, el realizador argentino consideró que ahora tiene “una visión más fría del festival” y no tiene más “esa visión fantasiosa, medio Disney, que tenía la primera vez que fui”. En ese sentido, agregó que “me saqué fotos, hice entrevistas, hablé (no muy bien) en distintos idiomas (…) y cuando me quise dar cuenta el festival había terminado y ya estaba volviendo”.
Por otro lado, Pablo Giorgelli había ganado el premio en la sección “La Semana de la Crítica” por su película “Las Acacias” en 2011. En esta ocasión, el realizador argentino volvió pero en un rol diferente, ya que fue jurado de cortos en el mismo segmento del festival. “Fue muy intenso y agotador”, fueron sus primeras palabras al ser consultado sobre su experiencia como jurado. Además, agregó: “al principio me chocaba un poco el tema de poner a competir películas como si fueran caballos (…), pero después entendí que era parte del juego y que mi labor era juzgar las películas en base a mis gustos y de la manera más honesta posible”. En otro aspecto, valoró la importancia de estos festivales porque son “el lugar natural para presentar películas”.
Tomás Lipgot, el último integrante de los expositores, no fue ni como director ni como jurado, sino como productor. Así, contó su experiencia en el “Marché du film” (el mercado de las películas), “un lugar inmenso dentro del festival en donde ves como se cocina el negocio del cine”. Afirmó que le fue muy bien y que, al ser la primera vez que iba, “fue una experiencia muy intensa y muy positiva”.
Con respecto a la mayor presencia del cine argentino en el festival de Cannes, Lisandro Alonso afirmó que además de la influencia que tiene tanto la industria argentina como la francesa para que las películas estén ahí, “hay una condición de estilo de época: antes fue la Nouvelle Vague, luego el cine Israelí y ahora es el cine argentino”. En ese sentido, expresó que “es un momento para aprovechar al máximo, pero también es un lugar que hay que cuidarlo, porque sino el lugar lo puede ocupar otro”.
Por otro lado, en relación a los problemas que tiene el cine nacional, Tomás Lipgot planteó que “hay una crisis de exhibición muy grande, un agujero negro que no tiene fondo”. En ese aspecto, opinó que ayuda tener coproducciones para poder distribuir en el exterior. Al respecto, Pablo Fendrik agregó que no hay una relación directa entre estar en Cannes y obtener distribución, ya que a veces “los deseos del mercado van a contramano de los criterios que se utilizan en el micromundo de Cannes”.
Por lo pronto, esperamos con ansias la llegada de Relatos Salvajes, cuyo estreno está programado para el 14 de agosto en nuestras salas. Sin dudas, amaga con convertirse en uno de los estrenos argentinos del año. A continuación, te dejamos la conferencia de prensa que todos los integrantes del film dieron en territorio francés: