Para el año 1955, Alfred Hitchcock ya era el consagrado y reconocido director que todos conocemos, habiendo rodado hasta ese entonces 39 escalones, Rebeca, Sospecha, La sombra de una duda, Encadenados, La soga y La ventana indiscreta, entre muchas otras. Fue en ese año cuando salió al aire Venganza (Revenge), el primer capítulo de su propia serie televisiva Alfred Hitchcock Presenta. La misma se emitía en Estados Unidos los domingos a las 20.30hs a través de la cadena CBS.
El programa consistía en una serie de capítulos semanales, de 30 minutos cada uno, principalmente de drama, thriller y misterio, bajo la dirección de Alfred Hitchcock. Uno de los atractivos principales del programa consistía en que, como su nombre lo indica, cada capítulo era presentado por el propio director. En dichas introducciones el director le hablaba a los espectadores con cierto toque humorístico, utilizaba distintos elementos y se prestaba para actuar en circunstancias de lo más diversas. Una vez finalizado el capítulo, también realizaba una especie de cierre con algunas conclusiones acerca de lo que se acababa de ver, siempre manteniendo su comicidad.
Es necesario aclarar que, si bien el propio Hitchcock utilizaba ese recurso para su presentación, los capítulos en sí no guardaban ningún tipo de humorismo en su contenido; por el contrario, eran en su mayoría excelentes muestras de tensión e intriga.
Sin temor a exagerar, se podría decir que muchos de los episodios estaban al nivel de sus mejores películas de suspense. La principal diferencia residía en el límite de su duración; los capítulos de la serie concentraban –de una ingeniosa manera– en unos 25 minutos los aspectos fundamentales de la trama. Claramente podremos observar que el tiempo se aprovecha de buena forma, sin perderse en escenas superfluas ni omitir ningún aspecto relevante. Un argumento concentrado y desarrollado con un buen método, de manera simple y bien organizada.
En el transcurso de su emisión, la serie fue dando espacio a las actuaciones de algunos notables actores que acompañaron a Hitchcock –antes o después– en la pantalla grande. En Venganza, actúa la propia Vera Miles –quien interpretaría luego a la hermana de Marion en la obra maestra Psicosis–. Otros grandes actores que participaron en la serie fueron Joseph Cotten, Claude Rains y Peter Lorre. También hay que destacar la participación de Patricia “Pat” Hitchcock, hija del matrimonio del director con la célebre Alma Reville, que aparecería en diez capítulos diferentes.
Al ver esta serie, para muchos resultará casi imposible no retroceder en el tiempo y sentir estar viviendo o reviviendo la década de los ’50. Al tratarse de un programa de televisión y no de una película, y al hablar Hitchcock de una manera tan directa al público, uno casi puede imaginarse a las familias de aquella época sentadas frente al televisor en blanco y negro observando cada episodio semanal. En su conjunto, es un programa para disfrutar desde todos los ángulos y en todos sus matices.
Hay dos elementos muy puntuales que definen a la serie en sí misma y le dan la marcada personalidad que alcanzó con su presentación. Uno de ellos es la utilización de una caricatura lineal de la silueta de perfil de Hitchcock –creada por él mismo– en los títulos del programa. Más allá de la serie, esta marca lo identificaría en la cultura popular de manera indeleble a lo largo del tiempo. Por otra parte, la musicalización del programa –sugerida por el colaborador de Hitchcock, Bernard Herrmann–, con la pieza Funeral March of a Marionette, del compositor francés Charles Gounod, le daría a la serie el toque distintivo que lo identificaría a través de las décadas.
Luego de siete temporadas (1955-1962), la serie se extendería a 50 minutos de duración para cada episodio, tomando un nuevo título: La hora de Alfred Hitchcock. El último capítulo se emitió el 26 de junio de 1965, pero la serie mantendría su popularidad a través de las distintas generaciones.