Finalmente se empezó a mover el avispero en la cuarta temporada de Boardwalk Empire.
Más allá que la serie en todas sus entregas siempre tuvo un desarrollo lento y pausado, nunca termina de defraudar en el desenlace. Con la vara tan alta impuesta por la tercer temporada, era lógica la impaciencia, pero bueno, habiendo reseñado la parte anterior, veíamos como las cosas se estaban empezando a descajetar, una vez más, pero con Chalky White como principal afectado.
Si hablamos de Chalky, obviamente tenemos que hablar de los problemas que se le generaron, en todo sentido. Con un amor implantado, lo tomaron por donde más duele. Chalky perdió a su familia, su mano derecha y ahora, a su mentor Oscar, todo en su batalla con el Dr. Narcisse. No sabemos cómo saldrán las cosas en el último capítulo, pero inclusive corre riesgo Nucky, que a pesar de haberlas tenido más complicadas en otras, siempre tuvo la cintura para esquivar las balas que le llegan.
Cada vez que se cruzan Nucky y el Dr. Narcisse, sacan chispas de tensión por toda la pantalla. Sobre todo en el capítulo 10, uno de los puntos más altos de esta temporada, cuando casi se declaran la guerra en la cara.
Eli Thompson y una nueva traición
Sin embargo, no es lo único que sucede en Nueva Jersey, a espaldas de Nucky, el eterno despechado del poder, Eli Thompson, intenta prepararle una vez más la cama para dejarlo fuera de combate, esta vez con el FBI y Warren Knox, agente que intenta llamar la atención de su jefe John E. Hoover, sin mucho éxito. Eli y su tema eterno con el hermano, ahora involucra a su hijo, que como vimos antes pudo safar de la cárcel gracias a Nucky, pero ahora vuelve a entregar “el imperio familiar” por no convencerlo de mantenerse en la universidad.
El problema eterno de Eli con Nucky fue por el poder y el protagonismo que no tenía, el menor de los dos, y ahora, se involucra al único lugar donde Eli tenía poder “indiscutido”, su casa. La bronca de Eli es entendible, pero no justificada, porque su hijo y Nucky actuaron a sus espaldas. Habrá que ver como prospera la causa del agente del FBI, ya que su jefe Hoover, con pocas apariciones en la serie, ningunea el caso o se hace dueño de los avances del mismo. Eso podría boicotear todo al largo plazo, pero por ahora, la investigación va sobre ruedas.
«El supremo arte de la guerra es doblegar al enemigo sin luchar»
Volviendo al tema Narcisse, aquí dijimos anteriormente que su personaje nos parecía un estratega estupendo, con un toque místico y bien interpretado. Sin embargo, su espíritu choca un poco con los de la serie, donde los personajes enemigos siempre tuvieron poder de movilización de “tropas” que lo respaldaban. El doctor Narcisse, en estos capítulos, hizo muestras de su capacidad y su maquiavelismo para convencer a los aliados y enemigos de Nucky y de Chalky para ponerlos a su favor y complotar contra los dueños del poder en Atlantic City. Inclusive adelantando movimientos por encima de ellos, e implantando gente de su confianza. Un papel distinto, pero que le dio un brillo especial a esta temporada.
Los intentos de Nucky de buscar el retiro encuentran a Sally Wheet en Florida, su amor por teléfono, que en los recientes capítulos sirvió como una especie de descarga a tierra y ayuda extra al mafioso de Atlantic City. Parece una relación que crecerá en el futuro, y de todas las novias de Nucky es la más indicada para su personalidad y poder. El carácter de Margaret nunca se bancó ese mundo, y las novias anteriores siempre buscaban un beneficio extra de él. Aquí se engancha más con la capacidad de llevar “el negocio”.
Hablando de Margaret, volvió para brindarse ayuda mutua con Arnold Rothstein. Una unión interesante que habrá que ver hacia donde avanza y como termina afectando a Nucky en el futuro.
Todo esto y no hablamos del problema de Chicago, y de la tenencia del pequeño hijo de Jimmy Darmody, Tommy.
Por un lado, en la tierra de Al Capone, el protagonismo estuvo del lado del agente Van Alden, que volvió a hacerse cargo de quien es y se cansó de ser el “chepibe” de las cachetadas. Este personaje que en otras temporadas estuvo relegado, con tramas debiles e inconsistentes, aquí lo vemos con mayor protagonismo y un cambio paulatino pero firme en su forma de pensar.
La vida lo hizo replantear sus creencias y eso se percibe principalmente en los capítulos que mata a sus excompañeros de trabajo y, al encarar a O’Banion, antes de la muerte del mafioso irlandés. La situación de Van Alden me hace acordar, salvando todas las distancias, un poco a la de Jimmy, que se siente muerto por dentro, en todas sus creencias y pensamientos ha fracasado, y no tiene nada que perder.
La muerte de O’Banion, históricamente, es el hecho que desata la guerra entre el bando de Al Capone y la mafia irlandesa en Chicago, así que se verán días interesantes de ese lado del mapa. Y como muestra, el final del capítulo 11 nos deja un pequeño adelanto de donde pensamos que puede ir la serie para la quinta temporada.
Por el lado de la tenencia de Tommy, el capítulo 11 cerró con el triste fin de Gillian y el engaño al cual fue sometida. Hubo ciertos indicios y algunas pistas desparramadas a lo largo de la temporada de la relación con Roy Philips, pero nunca pareció una relación sincera, ni quedo claro el verdadero trabajo de Roy. Ahora con el diario del lunes es fácil, pero fue difícil anticipar el cierre a la historia de Gillian y habrá que ver para donde sigue todo esto.
Sobre todo esperamos que no deje de lado a Richard, uno de los personajes más queridos de la serie.
Queda un capítulo, y por el teaser, nos dejó expectantes para el final de la cuarta temporada de Boardwalk. Pero en estos últimos capítulos la trama avanzó de forma interesante y demostró que valía la pena la espera. Ahora, la discusión es frente a las otras temporadas, y quedará para el cierre general y la reseña del capítulo final de la cuarta temporada de Boardwalk Empire que analizaremos en Proyector Fantasma.