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4 (+1) Series BRITÁNICAS que tenés que ver sí o sí

¡ANARQUÍA EN EL REINO UNIDO!

Históricamente identificado con el clasicismo y el chiste de salón, el humor británico (más específicamente el inglés) de los últimos quince años ha mutado exitosamente hacia varios géneros que supieron enriquecer la historia escrita alguna vez por hitos inolvidables del humor isleño: el picaresco Benny Hill y los fundacionales Monty Python.

Del otro lado del charco y de forma paralela irrumpía la llamada Nueva Comedia Americana, que de la mano de Tina Fey (30 Rock), Seth Rogen (Zack y Miri Hacen Una Porno), Steve Carrell (The Office versión americana),  y Will Ferrell (Saturday Night Live) refrescaron la escena copada por los peces gordos de los 80’ y 90’. Sin embargo, aparte de ser contemporáneos, la Nueva Comedia Británica (si cabe el término) abarca muchos más géneros y estilos que su equivalente angloamericano.

Mientras los norteamericanos se limitan a su invencible e inoxidable sitcom o comedia de situación (que en varios casos tan bien ejecutan) ensalzada por el absurdo y la ironía, el espectáculo británico encuentra su nicho en el delirio, la neurosis y el falso reality. Pasean y vean, señores, porque hay vida más allá del final de Mad Men.

THE OFFICE

La serie en la que se basó la archi mega conocida versión estadouninedense y lanzó a Ricki Gervais al estrellato. Falso reality que retrata el día a día en una oficina al mando de un jefe (Gervais) muy peculiar, un asistente obsecuente y obsesivo (Mackenzie Crook), en contraposición con un equipo de trabajo que trata de encontrar el sentido común que la gerencia no tiene. Con la actuación del hobbit Martin Freeman como Tim Canterbury.

THE MIGHTY BOOSH

Lunas que hablan, melodías del pop más pegadizo con las letras más delirantes y magia. Vince Noir (Julian Barratt) y Howard Moon (el inefable Noel Fielding) son cuidadores en un zoológico que habitan animales que hablan (imperdible el gorila Bollo) y viven con el mago mistico Naboo, y en ese contexto viven aventuras con un sin-sentido admirable. Autodefinida como un “viaje a través del tiempo y el espacio”, The Mighty Boosh es una experiencia audiovisual imperdible que contó con tres temporadas y un programa de radio. Surrealismo, delirio y absurdo del mejor.

PEEP SHOW

La vida post 30 sin hijos, sin trabajo ni pareja estable hecha serie. Mark Corrigan (David Mitchell) y Jeremy Usborne (Robert Webb) son la neurosis obsesiva y el libertinaje despreocupado contando sus pormenores en planos en primera persona y pensamientos con relato en off. La vida británica en los suburbios de clase media de esta pareja disfuncional de amigos más cercana a los Begbie (Robert Carlyle) y Renton (Ewan McGregor) de Trainspotting (Danny Boyle, 1996), pero sin la lisergia. La más costumbrista de las 4 (5, en realidad), pero también la más ácida.

IT CROWD

Primo lejano de The Big Bang Theory en su humor más clásico e inocente y la temática nerd-geek. Aquí se tratan las desventuras de Roy (Chris O’Dowd), Maurice (Richard Ayoade) y Jen (Katherine Parkinson) como equipo de tecnología de Industrias Reynholm. El paradigma del estereotipo nerd en sus vertientes más comunes. 8 temporadas de una serie que retrata en modo naive la anti-socialidad de estas ratas de computadora ¿Probaste con apagarlo y prenderlo de nuevo?

BONUS TRACK: IN THE FLESH

Con The Walking Dead haciendo estragos en los números de audiencia en Estados Unidos, In The Flesh plantea que pasaría si el síndrome zombie fuera curable, ¿se los podría reinsertar? Un drama crudo y original que comienza con la vuelta de Kieren Walker (Luke Newberry) con su familia. La serie deja en vilo las causas y los pormenores del llamado Amanecer, o la irrupción de la enfermedad. Metáfora inteligente de los problemas de aceptación que sufren las minorías, In The Flesh es revulsión pura.

Por Pablo S. Pons

Pablo Sebastián Pons: Periodista. Colaborador en las secciones Crítica de Cine y Crítica de Series
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