PISTAS PARA VOLVER A CASA
Elenco: Érica Rivas, Juan Minujín, Hugo Arana, Beatriz Spelzini. País: Argentina Duración: 90 minutos Año: 2014 Dirección y guión: Jazmín Stuart Música: Guillermo Guareschi Estreno en Buenos Aires: 05 de marzo de 2015
El camino a la hermandad
Pistas para volver a casa (2014) es la segunda película dirigida por Jazmín Stuart, quien anteriormente había escrito y dirigido junto a Juan Pablo Martínez, el largometraje Desmadre (2011).
Dina (Erica Rivas), trabaja en el turno noche de una lavandería; vive sola, es devota y fuma sin parar, además de no tener absolutamente ningún reparo en cuidar o al menos mantener prolija su apariencia. Ella tiene un hermano, Pascual (Juan Minujín), también cuarentón, desempleado, separado y a cargo de sus dos hijos. La situación económica de Pascual roza las penumbras al punto de tener que acudir a una vecina bastante mayor que oficia de niñera ocasional a cambio de sexo.
Unidos por sangre, Dina y Pascual no parecen tener mayor vínculo que el genético; no se visitan, hablan poco, Dina prácticamente no conoce a sus sobrinos, ninguno sabe nada sobre la vida del otro, etc, etc, etc. Lo único que tienen en común es el hecho de haber sido bautizados con nombres de cantantes italianos de los sesenta, y el no saber absolutamente nada sobre su madre, quien los abandonó cuando eran pequeños.
Un buen o mal día, se enteran que su padre (Hugo Arana) emprende un viaje para buscar a su antigua esposa, pero la travesía termina en un accidente que lo deja casi postrado en un hospital de un pueblo a 300 km de Buenos Aires. A partir de este hecho, los hermanos deben acudir a dicho sitio para visitar a su progenitor, y para intentar comprender el por qué del motivo de esta búsqueda tardía. En el medio, el jefe del clan les comenta sobre un dinero que ganó en apuestas, y que escondió en un bosque, pero el problema es que no recuerda en que parte del bosque realizó esto.
¿Cómo descifrar esta cuestión? Pues Dina y Pascual atando cabos se enteran que la noche antes del accidente, su padre se comunicó por teléfono con la mamá de ambos, y le dio instrucciones de cómo encontrar el dinero. Todos los caminos llevan a estos distanciados hermanos a buscar a su madre, con el sólo fin de obtener ese dato puntual.
El eje de la búsqueda por las pistas que los guían hacia el “tesoro” va mutando a medida que tanto los protagonistas como los espectadores van conociendo datos y secretos sobre la historia de esta familia disfuncional. Además el trayecto a recorrer se hace cada vez más pesado y denso, en parte por las precarias condiciones del Renault 12 de Dina, y en parte porque dos personas que jamás forjaron vínculos, se ven obligadas a compartir varios días juntos. La ansiedad se hace presente y con ella, los reproches, y la intensidad de las discusiones.
Stuart cuida y evita caer en lugares comunes o exagerados, logrando generar desde rabia -a cargo de Érica Rivas- a emoción genuina, en esa transición hacia un proceso de perdón y maduración que los hermanos experimentan luego de sacar a la luz sus peores miserias.
Sin embargo lo que el film mejor plasma es el concepto de aceptación; sólo una vez que Pascual y Dina pueden aceptar sus diferencias, hablar sobre el rencor almacenado, y admitir errores y fracasos, pueden desprenderse de años de quejas y liberarse para volver a compartir simples momentos -como tomar helado juntos- en armonía, y con su hermandad como máximo tesoro.
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